MuDanza estará en el Teatro Arlequín de Gran Vía durante el verano
Las primeras escenas de la obra ya muestran el alma de la función , donde la música y la danza se sobrepondrán a las palabras y harán que no sean necesarias para entender la función. De hecho, si metiesen mucho texto, la obra perdería el sentido que ha adquirido y que la hace única.
Tania Martín y Carlos Romero son los actores principales, que interactúan por medio de unos pasos prodigiosos que adquieren una gran significación acompañados por el Quarteto de Jazz Flamenco, Maureen Choi Quartet.
El vestuario, diseñado por Charo Azcona y Félix Ramiro y la música continua ayuda al espectador a situarse en la obra, porque representa a la perfección los años de la Ley Seca, donde podemos ver al dueño de un club de Jazz clandestino llamado Víctor sin saber qué hará en el futuro y con un gran vacío interior.
Después entra en escena Manuela, una joven bailarina que llega al club para intentar evadirse del mundo en el que vive y allí conoce a Víctor mediante el baile, el lenguaje predominante en la obra. Así comienza un espectáculo donde el amor, la pasión, las dudas, las prohibiciones y los deseos se juntan con la música y el baile y forman algo único.
Lo mejor de la función, sin duda es la calidad de todos sus intérpretes, en especial de Tania Martín y Carlos Romero que son capaces de transmitir a la perfección los sentimientos de los protagonistas simplemente con el lenguaje gestual y con el baile.
Lo peor quizá es que la obra transcurre demasiado rápido entre escena y escena, por lo que apenas da tiempo a interiorizar lo que se acaba de ver y de aplaudir, como hacía toda la sala cada vez que se apagaban las luces.