El grupo de música burgalés llena el WiZink Center de Madrid tocando ante 12.000 personas
Sábado 1 de diciembre a las 21:00. Una larga fila para entrar en el WiZink Center rodea a la estatua de Dalí. La capital adopta una nueva y única bandera que plasma un bordado de un esqueleto tocando el acordeón. Miles de nómadas que visten camisetas interiores blancas la ondean.
La oscuridad de la noche que envuelve a Madrid no parece afectar, ni lo más mínimo, al interior de la inmensidad. La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La M.O.D.A.) ilumina el cosmos desde el minuto 0 con “I Won’t Back Down” de Johnny Cash que ayuda a viajar a las 12.000 personas asistentes. Las mismas que gritan al unísono cuando David Ruiz dice con su voz rota «Buenas noches Madrid» antes de tocar las 29 canciones, sin versiones, y sin descansar entre una y otra durante dos horas. Como ya adelantaban en las redes sociales:
“No habrá pirotecnia, ni fuegos artificiales, ni invitados, pero sí siete personas dejándose la vida ahí arriba y mil recuerdos vividos con mucha gente durante estos años».
Cumplieron con su palabra así como el sueño de tocar delante de tantas almas.
Entre luces rojas y blancas del escenario, transmisión de sencillez, el grupo no deja de crecer en armonía con los asistentes que no pararon de bailar durante todo el concierto. Entre canciones reclaman atención para recordar que hacía seis años también tocaron en Madrid, pero con una pequeña diferencia, no había más de 20 personas en una sala que ya ni existe.
La relatividad del tiempo queda muy bien explicada en sus conciertos. El transcurso de dos horas queda reducido a la cifra de un cronómetro que resulta casi indignante. No daba tiempo ni a decir «si la próxima canción no me la se, voy a por una cerveza». Porque como ya advertían Nacho Mur y Jacobo Naya, en nuestra entrevista, el público de La M.O.D.A. canta a coro con ellos todas las composiciones del grupo, sin excepción alguna.
Un repertorio que hace un recorrido desde uno de sus primeros discos ¿Quién nos va a salvar? pasando por La Primavera del Invierno, Todavía no ha salido la Luna, Salvavida (de las balas perdidas) y el adelanto de su último proyecto Ni un minuto más (7:47).
La voz y guitarra de David Ruiz, el saxofón de Alvar de Pablo, la percusión de Caleb Melguizo, el acordeón de Joselito Maravillas ‘El reverendo del blues’, el bajo de Jorge Juan Mariscal, el polifacético Jacobo Naya con teclados, percusiones y banjo y la guitarra de Nacho Mur.
Numeración de los miembros que forman parte de los nuevos Héroes del sábado, tema con el que finalizan la velada, tras tocar 29 canciones que defienden el valor de las raíces de Burgos. Las mismas raíces que comparten con gran parte de su público, quienes cierran el estadio cantando el Himno a Burgos de Marciano Zurita.