Hasta el 30 de septiembre, el Museo Reina Sofía, con la organización del Whitney Museum of American Art de Nueva York y la colaboración del Mudam Luxembourg – Musée d’Art Moderne Grand-Duc Jean, acoge la primera gran revisión de la obra de David Wojnarowicz, el artista, escritor y activista que luchó contra el SIDA y su estigmatización, unida con la homosexualidad
Además de examinar la pluralidad de estilos y medios del artista, la muestra relaciona el contexto político, social y artístico de Nueva York durante los ochenta y principios de los noventa.
CONTEXTO HISTÓRICO
Hasta su muerte en 1992 (a causa de la enfermedad contra la que luchó), Wojnarowicz desarrolló su obra en una época marcada por los últimos años de la Guerra Fría, con Ronald Reagan y
George H. W. Bush en la presidencia de Estados Unidos, por la incertidumbre económica y por la epidemia del SIDA. Pero, en lo cultural, Nueva York constituía el epicentro de una serie de movimientos culturales: el grafiti (lejos de entenderse como el arte urbano de ahora), la música new wave de The Cure, The Police y Depeche Mode, junto a la pugna entre el rock y el hip hop que encontraría su tregua gracias a Aerosmith y Run DMC en 1986, la fotografía conceptual, la popularización de la performance y la pintura neoexpresionista de Jean-Michel Basquiat.
Así, las cerca de 200 obras del artista neoyorquino, con la figura del marginado como representación principal y un marco iconoclasta, siguen una división en esta exposición.
INFLUENCIAS LITERARIAS
David Wojnarowicz debe gran parte de su vocación como poeta y su reflejo en su faceta artística al poeta Arthur Rimbaud. Justo después de regresar a París, fotografió a tres amigos por lugares de Nueva York que eran importantes, con la “peculiaridad” de que llevaban una careta de Rimbaud que está al inicio de la exposición. Realizó una serie de 39 instantáneas, considerada como “obra canónica”: “Arthur Rimbaud en Nueva York” (1978-79).
Una de sus mayores polémicas viene, precisamente, por el aspecto literario. William S. Burroughs y Jean Genet eran tan influentes en su obra que aparecen en dos de sus collages: “Sin Título (Genet retratado por Brassaï)” y “El Sueño Recurrente de Bill Burroughs” (1979 y 1978, respectivamente). La primera le llevó a juicio con la American Family Association. El motivo: usó una imagen de Jesucristo. Wojnarowicz ganó, pero no llegó a cobrar ni el dólar que se le concedió en concepto de perjuicio.
MUELLE 34
A principios de los ochenta, Wojnarowicz reciclaba toda clase de objetos, desde tapaderas a carteles de los negocios del Lower East Side, ya que no tenía una fuente de ingresos fija. El Muelle 34, en el río Hudson, se convirtió en su espacio de creación. Los estarcidos (dibujos pintados con spray), eran el medio con el que publicitaba los conciertos de su banda “3 Teens Kill 4”. De este modo, evitaba que arrancaran sus anuncios. Transformaba los anuncios serigrafiados para hacer collages, pasando a carteles. Los principales ejemplos de esta parte son “Jean Genet Masturbándose en “La Prisión de Metteray” (Asado London Broil) (1983) o “Café Martinson” (1983).
METAMORFOSIS
El cambio más importante de su obra viene de una pieza que presentó en una exposición de 1984: una serie de repisas con veintitrés cabezas (en referencia al número de pares de cromosomas del ADN humano) de escayola con pintura y collage que llevaban el título colectivo de “Metamorfosis”.
Las cabezas ya habían aparecido en obras anteriores, pero, esta vez, cobraban forma tridimensional. Recordando a un paredón de fusilamiento, hacía referencia a la Contra nicaragüense, la guerra civil de El Salvador y la guerra sucia de Argentina, conflictos de la época.
WOJNAROWICZ Y HUJAR
El conocido fotógrafo Peter Hujar y David Wojnarowicz se conocierón en 1980. Fueron amantes durante una época, pero pasaron a tener una “intensa” amistad que se materializaba en retratos mutuos. Dicen que Hujar motivó a Wojnarowicz para ser artista. 20 años mayor que el protagonista de la exposición, también murió de SIDA, en 1987. David dijo de él que había sido ““mi hermano, mi padre, mi vínculo emocional con el mundo”.
PELÍCULAS DEL ARTISTA
La muestra tiene una selección de fragmentos de películas rodadas a finales de los años ochenta. En octubre de 1986, viajó a México, donde filmó las fiestas del Día de Los Muertos, además de escenas en Teotihuacán. Wojnarowicz se llevó un crucifijo (elemento que aparece en las imágenes). Montó las imágenes y crearía una película de ellas: “A Fire In My Belly”. Con “ferviente” educación católica, David creó una simbología partiendo de la crisis del SIDA, mostrando espiritualidad, mortalidad, vulnerabilidad y violencia.
EL MUNDO PREINVENTADO
A mediados de los ochenta, Wojnarowicz cambió sus obras hacia temas y composiciones más atrevidas. Es aquí cuando su obra comienza a caracterizarse por una “marcada” crítica social hacia lo que para él era una sociedad “preinventada”, degradadora del medio ambiente, excluyente con las personas que vivían en los márgenes. De esta etapa, destaca la obra “Los Cuatro Elementos”.
UN MOMENTO CLAVE: LA MUERTE DE PETER HUJAR
Wojnarowicz acompañó a Hujar hasta su muerte en la cama de un hospital. Nada más morir, lo filmó y fotografió. A partir de entonces, la fotografía y la escritura adquirieron protagonismo en su obra.
En esta etapa también ocupó una posición central con una serie de controversias políticas que tenían que ver con el National Endowment for the Arts (Fondo Nacional para las Artes). De nuevo, la American Family Association tuvo problemas con Wojnarowicz. En una carta, sacaban de contexto obras del autor, criticando las subvenciones que el NEA había concedido a exposiciones con contenido homosexual.
En la misma sección, hay obras de la única retrospectiva que David inauguró en vida: “David Wojnarowicz: Lenguas de Fuego”, celebrada en la Illinois State University de Normal, en 1990.
También en esta zona, otras obras reflejan la importancia de los mapas del mundo para crear collages pictóricos en los que trata de señalar la naturaleza arbitraria de las fronteras.
MAQUINACIONES DEL PODER
Es en este último tramo donde encontramos la obra más importante de David: “Sin Título (Un Día Este Niño…)” (1990-1991). Él criticaba los mecanismos del poder para dar visibilidad a unas vidas y quitársela a otras. A lo largo de toda su obra, puede comprobarse su obsesión por reproducir representaciones homosexuales. Esta última, tiene la silueta del Wojnarowicz bajo la figura del niño, rodeada por un texto en el que se describe un futuro marcado por agresiones y homofobia.
CATÁLOGO Y CICLO DE CINE
Para esta exposición, el Museo Reina Sofía publica un catálogo que, “además de incluir imágenes de las obras expuestas, contiene un prólogo de Adam D. Weinberg así como textos de los comisarios David Breslin y David Kiehl, y de la autora Julie Ault y una cronología biográfica del artista realizada por Cynthia Carr” (según la información del propio museo).
Además del encuentro y proyección de esta tarde a las 19h, en el auditorio del Edificio Sabatini, el jueves 4 y el domingo 7 de julio a las 19h se celebra el ciclo de cine “Amor de Muerte. Filmando en el East Village.” Recoge las “experiencias post-punk y trash” de David, con trabajos de Richard Kern, Tommy Turner, Kirsten Bates, Allen Bates o Sonic Youth.
Horarios, tarifas y accesos al museo disponibles en
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