Sus primeros años
Aunque resulte difícil imaginar a Fernando Pessoa lejos de su querida Lisboa, lo cierto es que el portugués pasa la mayor parte de su infancia en Sudáfrica, donde su padrastro trabaja como cónsul portugués. El dominio de la lengua inglesa le permite escribir con fluidez y parte de su obra se encuentra en este idioma.
A los 17 años regresa a Portugal y se aloja en la capital, la que solo abandonaría a través de sus poemas, hasta su muerte en 1935.
Decide estudiar Letras pero sin éxito se despide de la Universidad en su segundo año para dedicarse en exclusivo a su pasión: escribir.
¿Qué es lo que le hace ser un escritor sin igual?
El ingenio del lisboeta no está derivado de sus más de 25 mil escritos, custodiados en la Biblioteca Nacional de Portugal, sino que el autor brilla por la creación de los heterónimos, personas ficticias que firman sus obras.
Los heterónimos no son una mera firma, como podría ser el seudónimo, son personajes que el autor crea con un estilo literario propio y una vida. Los heterónimos nacen y mueren, el proprio autor los define con la paradójica expresión de “conocidos inexistentes”.
El modernista “da a luz” alrededor de 70 heterónimos pero son tres los más vivos en su obra: Alberto Caeiro, Ricardo Reis y Álvaro de Campos. Cuando escribe a través de cada una de estas personalidades no duda en abandonar su proprio “yo” y es capaz de sumergirse por completo en el alma de otra persona, incluso cuando esto implica escribir cosas que el proprio Fernando Pessoa no apoya. Bernardo Soares es considerado su semi-heterónimo, al presentar características muy parecidas con el propio escritor. Sobresale el Libro del Desasosiego que cosecha pensamientos, en gran parte los de Fernando Pessoa.
Los heterónimos, las otras almas del escritor
Fernando Pessoa es a través de sus heterónimos lo que quiere ser en cada momento, cada uno con su estilo.
Ricardo Reis es un médico monárquico que con la llegada de la República a Portugal, en 1910 escapa a Brasil. En consecuencia, el premio Nobel de Literatura José Saramago, escribe una novela sobre este heterónimo: El año de la muerte de Ricardo Reis. Cuando Fernando Pessoa se enmascara con este heterónimo, asume un estilo marcado por la racionalidad y el Carpe Diem. Álvaro de Campos es el hombre futurista por excelencia, su lírica está movida por la modernidad, las máquinas de vapor, los automóviles etc, su poema más conocido Tabacaria. Por último, el heterónimo que el propio Pessoa considera el MAESTRO es Alberto Caeiro, un campesino caracterizado por encontrar en la sencillez de la naturaleza una gran reflexión filosófica. Se esmera en impedir que el pensamiento racional nuble los sentimientos. En su obra El Guardador de Rebaños, encuentra plenitud y felicidad en la naturaleza percibida por los sentidos.
Pocos documentos se publican con el ortónimo, es decir, bajo el nombre y estilo de Fernando Pessoa. Uno de ellos, Mensaje, una serie de poemas sobre la historia de Portugal aportando su estilo soñador y nacionalista.
¿Cómo muere?
El alcohol firma su sentencia de muerte en 1935, cuando con apenas 47 años sufre una cirrosis hepática.
Junto a otros autores, Fernando Pessoa es responsable del modernismo en Portugal que se gestó en cafés como A Brasileira, en Lisboa, y a través de la conocida revista Orfeu.
A día de hoy, la que fue residencia de la familia Pessoa está reconvertida en museo en honor al autor, Casa de Fernando Pessoa y donde hay un baúl en el que aún se encuentran documentos inéditos.
Existen los que critican en Fernando Pessoa una cierta esquizofrenia, heredada de la tía quien sí padecía, pero abundan los que distinguen una fascinación por su mente que perdura en el tiempo e impresiona con cada letra que traza en el papel, después de más de 80 años sin él y sus alter-egos.