Kevin Garnett se retira de las canchas tras más de 21 años compitiendo en la élite
Kevin Garnett. Un nombre que levanta amor y odio a partes iguales. Un jugador único, irrepetible. Nadie es igual que los demás, todos los seres humanos somos distintos unos de otros. Pero la anomalía de Garnett era diferente a todo lo que se ha visto jamás. Y eso, tras 21 años surcando las canchas de baloncesto de la NBA, puede pasarnos factura.
Se va el que ha sido, junto a Kobe Bryant (otro recién retirado esta temporada), el jugador más competitivo que ha jugado al deporte de la canasta. Su rechazo completo al fracaso le lastró en numerosas etapas de su carrera, pero también le sirvió para encumbrarse al Olimpo de aquellos jugadores que marcan historia e hitos.
Seguía la pragmática filosofía del «todo por el todo».
Ahora, en el ocaso de su carrera, esta puede ser vista con perspectiva. Su interminable palmarés no es más que el reflejo de más de la mitad de una vida dedicada en cuerpo y alma al baloncesto. Ahora, cuando «The Big Ticket» va a abandonarnos, todos nos damos cuenta de que se va un auténtico referente. Pero esto no siempre ha sido así. Garnett ha disfrutado siempre en su posición de «bad boy». Un jugador polémico que no se corta ante nada ni ante nadie. Que no da un paso atrás cuando tiene que darlo: da dos hacia delante. Su popular «trash talking» (virtud de sacar a tu rival del partido mediante comentarios cuanto menos irrespetuosos) le ha hecho ser el centro de un odio viral entre los amantes de este deporte. Ya es famosa la anécdota en la que, en el Día de la Madre en EEUU, decidió mentar de malas maneras a la progenitora de Tim Duncan (otro más que nos abandona este año…). El problema está en que esta murió de un cáncer de mama el día antes del decimocuarto cumpleaños de «Timmy». Una desafortunada acción que mancha la historia de KG, pero que ha copado titulares dada la enzarzada rivalidad que han mantenido estos dos jugadores durante su carrera.
Pero, sombras aparte, es un jugador que ha revolucionado la NBA y el puesto de ala-pívot. Sus guarismos quedan para la historia, sus declaraciones ya están almacenadas en las bases de datos y sus vídeos se proyectarán día sí y día también en las escuelas de baloncesto. Si personalmente me tuviera que quedar con un momento, escogería su entrevista después de ganar su tan ansiado Anillo con los Boston Celtics. Después de una final contra sus máximos rivales, Los Angeles Lakers, Garnett estalló. Todos los aficionados al baloncesto tenemos grabada la escena en mente. Quién no haya podido verlo, que acuda rápido a YouTube. Es oro puro. Everything is possible…
A Kevin Garnett no se le puede dedicar un artículo como este para definir su carrera. Esto no es más que una nota aclaratoria, un resumen más que escueto. Otro intento más para mitigar el dolor de la pérdida, igual que ha hecho la NBA entera (jugadores, entrenadores, periodistas…) con comunicados y fotos en Instagram. Se harán películas y libros, pero este es mi particular pequeño homenaje a «uno de los más grandes».
Se ha ido la transpiración del ansia competitiva.
P.D: No voy a negarlo. Esta ha sido la puñalada definitiva al corazón de los aficionados al baloncesto. Kobe, Duncan y Garnett de una tacada. Esto no se hace.