El otro día hablaba con un amigo que no veía desde hacía un tiempo. Acabamos hablando sobre baloncesto, un tópico recurrente cada vez que nos juntamos. Siempre terminamos hablando de la NBA, de nuestros equipos y jugadores favoritos. Entre comentario y comentario, saqué el tema que me trae de cabeza (para bien) durante la presente campaña: «Oye… ¿qué me dices de Giannis?». Otra vez Antetokoumpo a la palestra. No lo oculto ni lo haré jamás. Se me cae la baba con ese chaval espigado y larguirucho de tan solo 22 años. Solo mencionar que a esta tierna edad se ha convertido en titular en un All Star Game, el partido de las estrellas de la NBA. Mi amigo, mucho más versado en el deporte de la canasta gracias a su juventud como jugador, me respondió con un comentario que el había escuchado semanas antes en un cursillo para adquirir el título de entrenador de baloncesto. «Es lo que todos los ojeadores de hoy en día están buscando. Quieren Antetos, Jokics y Towns. Davis sobre todo«. Algo empecé a intuir con aquellas palabras, pero las siguientes serían el resumen más aclaratorio, uno que podría servirle a cualquier persona con pocas nociones en este deporte. «Quieren tíos muy altos, pívots prácticamente. Tienen que saber jugar en la zona (algo típico para ellos). Pero en los tiempos de hoy en día se necesita juego en el perímetro, se necesita amenaza desde el triple. Añades rebote y por supuesto, organización del juego. Un hombre que te pueda pillar un rebote y armarte la jugada en menos de cinco segundos, con buen manejo de balón. La defensa también tiene que ser clave y para ello no solo tienen que taponar, tienen que ser ágiles y poder moverse sin problemas por la pista». Analicé todo ello y solo pude llegar a una simple conclusión:
«Entonces, ¿buscan jugadores que sepan hacer TODO?».
«Exacto».
El deporte a nivel global se está modernizando. Los avances científicos se traducen en pequeños saltos graduales en todas las categorías deportivas. Como es lógico, esta evolución ha llegado al mundo del baloncesto, y ya la estamos empezando a ver. Kristaps Porzingis. Nikola Jokic. Joel Embiid. Karl-Anthony Towns. Anthony Davis. Giannis Antetokounmpo. Jugadores de máximo 24 años que ya están despuntando en la NBA. Se caracterizan por ser altos. Y por destacar en áreas del juego que, debido al marcado rol de posiciones en el baloncesto, no deberían dominar. Salvando mucho las distancias, es como si un futbolista que juega como defensa central fuese el máximo goleador de su liga. Así de demoledoras resultan estas estadísticas.
Nikola Jokic, entre las piernas de Antetokounmpo. Es un center de 115 kilos en movimiento. pic.twitter.com/RDd8gGSUkh
— Sergio Andrés (@SergioACNBA) March 2, 2017
Y es que estos hombres han reformado la NBA en muy pocos años. Sí, existen antecedentes de jugadores de corte similar. Pero estos están demasiado aislados como para poder etiquetarlos como una auténtica revolución. Más bien como joyas o rarezas de su tiempo. El caso es que esta nueva hornada de hombres altos han abierto el camino, han sido producto y a la vez desencadenante de una mutación deportiva a una escala asombrosa. Por supuesto, ninguno de estos jugadores es perfecto. A Giannis le falta tiro desde el perímetro. Kristaps no se prodiga en el pase, una faceta que tampoco es del dominio de KAT, Embiid ó Davis. Jokic es quizá el más lento, el menos ágil. Pero son los que más se acercan a eso que tanto tiempo se lleva buscando: el jugador de baloncesto total.
Muchos pívots ya han empezado a realizar cambios en su juego para adaptarse a esta nueva oleada de sangre joven que viene con tanta fuerza. DeMarcus Cousins, Brook Lopez o nuestro Marc Gasol ya han añadido el tiro de tres a su arsenal. El entrenamiento del manejo del balón empieza a perfeccionarse, y las labores organizativas cada vez pasan menos por las manos de los bases. Para echar un ojo a esta evolución, solo hay que fijarse en los concursos de habilidades de la NBA. Viene a ser un circuito donde tienes que demostrar tu manejo de balón, el pase y el tiro tanto interior (con bandejas) como exterior (triples). Hace dos temporadas se decidió realizar una modificación en el torneo: enfrentaría a jugadores pequeños contra jugadores grandes. La gente a priori se empezó a quejar de este formato, yo entre ellos. «La ventaja para los chiquitines está clara». Nada más lejos de la realidad. El ganador del primer año fue Karl-Anthony Towns (pívot, 2,13 metros) y del segundo fue Kristaps Porzingis (ala-pívot / pívot, 2,21 metros). Vale que sea una prueba en la que todos los concursantes viven de la «pachorra», pero entre broma y broma…
Siempre he sido impaciente, es un defecto que me persigue. No mentiré, estoy deseando ver como estará este deporte en diez años. Este escrito no es más que un pequeño recordatorio que me impongo a mí y que espero que vosotros, los que lo estáis leyendo, recordéis. Esa advertencia de que, poco a poco, se va gestando el jugador del siglo XXI.
Fer VC