Científicos del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) desarrollan un tratamiento capaz de atacar las infecciones provocadas por bacterias resistentes a antibióticos
En la actualidad, la resistencia adquirida por parte de ciertos microorganismos a los antibióticos convencionales constituye uno de los problemas más grandes de la microbiología clínica. Esta resistencia se debe a una serie de factores, como el mal uso de los antibióticos, la automedicación o la propia evolución de los microorganismos, la cual es bastante más rápida que la de los humanos. Además, los microorganismos tienen una gran facilidad para transmitir estos genes que aportan resistencia al resto de bacterias, ya que los microbios tienen dos formas de transmitir información genética, la transferencia génica vertical (a la descendencia) y la transferencia génica horizontal (a los microorganismos que se encuentren cercanos), la cual es muy rápida y no necesita del paso de las generaciones para transmitirse.
Esto hace imprescindible la búsqueda de nuevos tratamientos que sean capaces de eliminar a estos microorganismos patógenos sin dañar a los microorganismos beneficiosos de nuestro organismo, los cuales son imprescindibles para la vida.
Un equipo de científicos del CNB (perteneciente al CSIC), liderado por Daniel López (Biotecnología microbiana del CNB) ha desarrollado un tratamiento capaz de hacer frente a estos microorganismos. Se trata de un “ataque en dos fases”, en el que en primer lugar las estatinas (fármaco utilizado en este estudio) son capaces de atacar a la maquinaria que hace a los microbios resistentes, para posteriormente atacar a las bacterias indefensas con antibióticos convencionales.
Por el momento este tratamiento se ha probado en ratones (Mus musculus) y ha sido eficaz frente a infecciones de Staphylococcus aureus, la cual puede encontrarse en el organismo (generalmente en las vías respiratorias) de forma inocua. El problema, como con la mayoría de infecciones microbianas, comienza cuando su población se desarrolla por encima de determinados valores y adquiere resistencia a determinados antibióticos.
Aunque probablemente falten varios años para que se pueda aplicar en humanos, este descubrimiento puede significar un primer paso para encaminar hacia donde deben ir las futuras investigaciones para acabar con estas “superbacterias” y se postula como una solución viable ante un problema que nos concierne a todos.