Como se ha mencionado en el anterior artículo, entre las consecuencias psicológicas que trae consigo el confinamiento destacan la ansiedad, el estrés o la depresión. En este artículo destacamos también que la cuarentena trae consigo diferentes consecuencias a nivel fisiológico. Todo tiene una explicación, y si sientes una alteración del sueño o del apetito, no te preocupes, es más común de lo que parece. Pero deberás saber el por qué:
Sueño y vigilia
Los procesos de sueño y vigilia se encuentran regulados por mecanismos internos y por estímulos externos denominados sincronizadores (capaces de modificar los patrones neurológicos del sueño con su presencia o ausencia). El sincronizador principal que existe es la luz, relacionada esta con las horas diurnas y nocturnas, debido a que una mayor exposición a la luz puede traer consigo un aumento del estado de vigilia, y, por el contrario, una mayor exposición a la oscuridad favorecerá el sueño.
También, formarían parte de estos sincronizadores los horarios que mantenemos de forma habitual: horario escolar, horario laboral, actividades extraescolares…
La situación que se está viviendo ha provocado la falta de estos estímulos y, por ende, el reloj interno encargado de controlar estos procesos de sueño-vigilia se ha visto alterado, repercutiendo en la cantidad y calidad del sueño negativamente. A todo esto, se debe sumar una mayor exposición a la iluminación eléctrica (TV, ordenadores, móviles…).
Como señala Diego Redolar, profesor de psicobiología e investigador del Cognitive NeuroLab de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), el hecho de que durmamos poco o mal afecta a nuestra salud mental, derivando en bajos estados de ánimo, ansiedad e irritabilidad. También, puede provocar trastornos del sueño como insomnio, somnolencia diurna, pesadillas, etc.
Apetito
Otro aspecto a tener en cuenta es el apetito. Debido al encierro que estamos viviendo, ciertas personas pueden sufrir falta de apetito. Pero en la mayoría de los casos se prevé que este aumente. Este hecho variará en función del cambio de hábitos, el control de la ansiedad y la complexión física de cada persona.
Según señala la doctora Jana García Cerrato, miembro de la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) en su artículo “¿Por qué es fundamental cuidar nuestra alimentación durante el confinamiento?”, la situación de incertidumbre hace que el organismo despliegue todos los mecanismos de defensa y supervivencia, es decir, nos prepare para una situación de alerta. Por lo que, a su vez, desencadenará el miedo, provocando altos niveles de ansiedad, haciendo que aumente el consumo de alimentos (en especial de los productos calóricos) al creer, nuestro cuerpo, que el acto de comer es una forma de mantenernos a salvo ante esa situación de alarma.
“Nuestro cuerpo busca las maneras de compensar sus reacciones y la comida es una de ellas” apunta la psicóloga y experta en ansiedad Rocío Lacasa. Además, la improvisación y la falta de planificación no contribuirán de forma adecuada a una alimentación saludable, sino más bien todo lo contrario.
Apetito sexual
También, cabe destacar cómo se ve afectado el apetito sexual. Según Adriana Brull, psicóloga general sanitaria, sexóloga clínica y terapeuta de pareja: el aislamiento puede traer consigo diferentes consecuencias en relación al deseo sexual.
Por una parte, puede que las parejas sin otros contactos externos experimenten una disminución de su apetito sexual debido al bajo estado de ánimo,sentimientos de desesperación, soledad o angustia, que cada miembro esté experimentando. O, por el contrario, que la predisposición a nivel sexual aumente debido a que se encuentran viviendo el confinamiento desde la distancia.
También, se prevé que aumente la libido en personas solteras al disponer de un mayor tiempo libre y al aprovechar estos momentos para darse auto placer. Cabe recalcar que estas afirmaciones dependerán de cada persona y de cada tipo de relación que estas tengan.
Sistema Nervioso Central
El Sistema Nervioso Central sufrirá un fuerte impacto, haciendo que los niveles de cortisol y neurotransmisores (serotonina, dopamina, noradrenalina) vayan cambiando.
- El cortisol es la hormona que se libera en respuesta al estrés, actuando en la función del sueño (somnolencia o insomnio), ya que siguen ritmos circadianos.
- La serotonina es el neuromodulador del estado de ánimo, percepción, apetito y memoria.
- La dopamina es importante para la actividad motora, el sueño, el aprendizaje y regulará la atención.
- Por último, la noradrenalina se encarga de regular el estado de ánimo, la motivación y la influencia del sistema cardiovascular.