Según la Federación ASPERGER España, el Síndrome de Asperger (AS) es un trastorno severo del desarrollo, considerado como un trastorno neuro-biológico en el cual existen desviaciones o anormalidades en diferentes aspectos del desarrollo cognitivo.
Es un trastorno más común de lo que podría parecer a primera vista, con una frecuencia de entre 3 y 7 casos por cada 1000 nacimientos y con mayor incidencia en varones.
Los afectados se caracterizan por presentar una gran dificultad para socializar con otras personas, torpeza a la hora de seguir fluidamente una conversación, sensibilidad a los sonidos fuertes, ineptitud a la hora de realizar deportes…
En el año 2013 fue reconocido e incluido como parte del TEA (Trastorno de Espectro Autista) y en la actualidad existen numerosas organizaciones encargadas al tratamiento de este trastorno.
Puede que en estos momentos se estén preguntando acerca del título del artículo, “¿EL SÍNDROME DE LA GENIALIDAD?”, y probablemente piensen que no va muy acorde con el contenido del mismo. Sin embargo, este es el apodo con el que algunos conocen este síndrome, puesto que algunas de las mayores celebridades de todos los tiempos lo han padecido. Es el caso de algunos personajes como Tim Burton, Sir Isaac Newton, Bill Gates e incluso uno de los actores más conocidos en el mundo “seriofilo”, Sheldon Cooper. Además de las personas que acabo de citar, posiblemente el Asperger más destacado y sorprendente sea nada más y nada menos que Albert Einstein, quien se sabe que no aprendió a hablar con fluidez hasta los 8-9 años de edad.
El hecho de que estos personajes hayan destacado por encima del resto no tiene por qué significar que se deba gracias a su enfermedad, pero, si observamos algunos de los síntomas de la enfermedad, podemos ver que quizás sí que exista una relación directa entre este trastorno y el éxito, puesto que en algunos casos los Asperger presentan una memoria especialmente inusual y una fijación extrema en un tema, del cual pueden convertirse en absolutos expertos.
A pesar de ello, el Síndrome de Asperger no deja de ser un trastorno cognitivo que ha de ser tratado por especialistas y del que hay que seguir investigando, con el objetivo de ayudar a los afectados y a sus familias.