Este fin de semana, del 12 al 14 de octubre, la gran artista de la escena experimental Amalia Fernández estará en la Sala Negra de los Teatros del Canal presentando su obra En Construcción 2
Esta, junto a su otra obra Expografía que presentará los días 17, 18 y 19 de enero del 2019 en la misma sala son parte del epígrafe ‘Miradas’ en el cual los Teatros de Canal presentan diferentes obras, y de esta forma diferentes perspectivas, de un mismo creador.
Amalia Fernández (Granada, 1970) estudió Danza Clásica y Contempóranea en el conservatorio de Sevilla y en la Escuela del Teatro de la Danza de Madrid (INAEM). Su trayectoría destaca por sus numerosas investigaciones y proyectos escénicos como Matrioshka (2005), Maya (2006), Schini Togarashi (2007), Las Perras (2008), Kratimosha (2009), Souvenir (2010) o Perrita China (2014). Sus proyectos suelen establecerse en el terreno de la experimentación y la observación de los esquemas convencionales, suponiendo así un reto para los espectadores e incluso para los artistas que la llevan acabo, como es el caso de En Construcción 2.
En Construcción 2 nace hace cuatro años de un encargo del colectivo La Porta para la quinta edición del encuentro Nits Salvatges en el CCCB de Barcelona. Ahora el espéctaculo es llevado por 12 artistas, en lugar de los 10 espectadores que lo llevaban acabo en el original. Retoma el vodevil del final del original para convertirlo en la pieza central de la obra que se mueve entorno a la construcción y deconstrucción de la comedia de enredo, convirtiendola en coreografía y casi pieza musical.
A través de las variaciones que hay en las repeticiones y permutaciones de la obra, se podría decir que Amalia Fernández nos lleva a la deconstrucción de lo establecido como objetivo y toma como objetivo cosas que a primeras podrían ser interpretadas como subjetivas.
Por ejemplo, los personajes no estaban definidos con una historia y estereotipo concreto, eso es algo que los actores tienen que dar una lectura a través de lo que se daba a conocer en los diálogos. En cambio, como se designaban los personajes y a partir de dónde se empezaba a construir la obra era con colores. Cada uno de ellos era un color y tenía un diálogo que le permitia construir.
Elementos como la música y la danza no eran implementados a la fuerza sino que brillaban al sacarlos/deconstruirlos del género de comedia original
Elementos como la música y la danza no eran implementados a la fuerza sino que brillaban al sacarlos/deconstruirlos del género de comedia original desde el cual se había cimentado la obra. Es decir, la obra hace al espectador darse cuenta de la importancia de estos elementos que quizá podrán pasar desapercibidos. Los gestos se convierten en mecánica y los sonidos mecánicos en música. Las expresiones y sonidos de los personajes en constantes que hace que la experiencia sensorial y lógica del espectador pueda darse cuenta de de lo pivotales que resultan la música y la danza cuando vemos una obra, incluso pudiendo llegar a trasladar esto a lo presentes que están en nuestra vida diaria. En otras palabras, permiten crear nuevas e incluso múltiples perspectivas al espectador.
Ella misma decía en el pase de prensa que una vez has visto la obra tantas veces te das cuenta que todos los diálogos e interjecciones se pueden entender como música.
Expografía parte de la experiencia de la artista con Mathieu Copeland en Una exposición coreografiada del CA2M
Por otro lado, Expografía, con la colaboración de Anto Rodríguez y los Teatros del Canal, parte de la experiencia de la artista con Mathieu Copeland en Una exposición coreografiada del CA2M (Centro de Arte Dos de Mayo) en 2017, dónde Amalia Fernández estuvo bailando para explorar el concepto de las actuaciones en el contexto del museo.
Así pues, esta vez consistirá en dos partes, la representada en los Teatros del Canal y una performance el sábado 12 de enero en el CA2M en la el espectador tendrá que comprometerse a quedarse las ocho horas que dura.