La crisis climática es un hecho. Cada año se liberan en la atmósfera miles de millones de toneladas de CO2 como resultado de la producción de carbón, petróleo y gas y la actividad humana está produciendo emisiones de gases de efecto invernadero a niveles récord, tal y como apunta Naciones Unidas.
En este contexto y poniendo el foco en el fast fashion -que es una de las industrias que más contamina-, están surgiendo cada vez más compañías que buscan despuntar y cambiar el hábito de comprar moda de mala calidad, barata y muy contaminante por otra que sea más respetuosa con el planeta.
Este es el caso de Egal, Canussa y Moti, tres proyectos muy originales que apuestan por la moda sostenible. Hablamos con sus fundadoras.
MOTI
La pandemia fue un punto de inflexión para muchas personas, que se tomaron esos meses de incertidumbre para reconducir su vida. Esto realizaron en Moti, una empresa o proyecto creativo que nació como solución para hacer frente al excedente de tejido actual. Lo hizo con el objetivo de «impulsar una revolución circular en el sector de la Moda, rompiendo barreras y creando sinergias. No solo a través de nuestras colecciones zero-waste, sino también impulsando el cierre de círculo a través de excedentes de otras marcas».
Tal y como nos ha explicado Myriam Ponce de León, una de sus fundadoras, Moti surgió después de que ella, junto con otra compañera, quisieran «darle la vuelta a nuestra experiencia en el mundo de la moda a través de un enfoque que tiene en cuenta el impacto que generamos».
«Llevamos más de 15 años en la industria de la moda y soñábamos lanzar nuestro propio proyecto, pero un proyecto con sentido. Siendo conscientes de que es la segunda industria más contaminante del planeta después de la petrolera y al darnos cuenta de que la pelota habitual de excedente de material se había multiplicado de la noche a la mañana a raíz de la situación, entendimos que Moti cobraba sentido».
Para cumplir con esta premisa y crear sus colecciones -que son muy limitadas porque no se reponen y van desde pantalones hasta vestidos o bolsos-, solo utilizan «excedentes de tejido, no arrancamos máquinas. Al año se desechan más de 1 millón de toneladas de tejido en nuestro Planeta. No hay necesidad de estar desarrollando más tejido«.
CANUSSA
Con la idea de crear bolsos de diseño prácticos y atemporales, funcionales, que duren años y hechos en España, María Cano lanzó Canussa en 2017, con el objetivo, tal y como ha explicado a Actualidad Joven, de «crear moda de diseño smart casual elegante muy práctica para el día a día para los profesionales de hoy».
«Me costaba mucho encontrar bolsos que fuesen bonitos y funcionales, por lo que decidí ponerme manos a la obra. Quería además ir un paso más adelante innovando para crear una marca de moda sostenible que respetase tanto el medio ambiente como a las personas, colaborando con personas y empresas con las que comparto valores y obteniendo un impacto positivo real en el mundo», por lo que decidió tomar cartas en el asunto y emprender.
Lo hizo consciente de que gran parte de las marcas se habían llevado su producción a países asiáticos en los que obtienen moda a costa -en gran medida- de malas condiciones laborales. Además, esto también ha provocado que muchos puestos de trabajo de artesanos se hayan perdido, por lo que también fijó que sus bolsos debían producirse en España.
«Fabricando en España no solo podemos asegurarnos de que nuestros complementos se fabrican bajo condiciones laborables responsables sino que estamos contribuyendo a que se conserven los oficios de artesanos al mismo tiempo que reducimos nuestra huella de carbono».
Asimismo, otro de los puntos diferenciales de esta compañía -que comparte con la siguiente marca- se encuentra en su asociación con One Tree Planted, por la cual con cada Canussa que se vende, se planta un árbol «lo que contribuye a compensar nuestra huella y conseguir una huella de carbono neutra».
EGAL
Finalmente, Carmen y Paula -de 20 y 21 años respectivamente-, con el objetivo de «ser parte del cambio proporcionando soluciones para vestir de una manera sostenible, vegana, respetuosa con las personas y el medio ambiente» decidieron en febrero de 2021 dar el salto a la piscina y lanzar Egal, su propia tienda de moda sostenible en la que se pueden encontrar desde camisetas hasta pantalones o accesorios.
«Egal nace en febrero de 2021 en Madrid porque las dos estábamos muy cansadas del impacto negativo en el planeta de la fast fashion y de no tener alternativas suficientes a la hora de adquirir productos sostenibles. Por eso nos dimos cuenta de que queríamos hacer algo para revolucionar el mundo de la moda«, han explicado.
Para ello ambas se encargan desde el principio de todo el proceso de producción, creación y gestión de los productos.
Además, tal y como realiza Cannusa, esta marca se ha comprometido a plantar un árbol por cada prenda vendida para compensar las emisiones emitidas en el proceso de producción y en la cadena de transporte para ser una marca 100% sostenible.
¿Cuál es el mayor reto a la hora de impulsar moda sostenible?
En las charlas con las emprendedoras, una de las preguntas que considerábamos clave para conocer cómo se está consolidando la moda sostenible era conocer cuál era el mayor reto a la hora de lanzar una marca de este tipo, puesto que gran parte de la sociedad sigue prefiriendo consumir moda fast fashion que aunque de peor calidad, sea más barata y permita comprar más.
Desde Moti creen que el reto está en «modificar los paradigmas ya establecidos, tanto desde nivel mentalidad de consumo, como dentro de todo el circuito de la cadena de suministro«, porque además de conseguir compradores, tienen que encontrar tanto a los proveedores como a los talleres de confección que se adapten a este tipo de moda sostenible.
«En Moti funcionamos bajo pedido: agrupamos pedidos una vez a la semana y a la semana siguiente salen en reparto a cliente. De esta forma, no estamos anticipando recursos innecesariamente, porque la anticipación habitual de compra impacta muy negativamente en el planeta», han explicado.
En segundo lugar, María Cano cree que en el sector se enfrentan a tres grandes retos: los costes -dado que la mano de obra española no tiene nada que ver con el coste en países asiáticos y los materiales son de mayor calidad-; el desconocimiento del consumidor y el greenwashing.
«El problema al que nos enfrentamos es que en los últimos dos años hemos notado que la mayoría de marcas de moda se están posicionando como marcas sostenibles cuando en realidad no lo son, esto está confundiendo mucho al consumidor de forma que el consumidor ya empieza a desconfiar cuando escucha la palabra sostenible», ha añadido.
Por su parte, desde Egal creen que es muy complicado competir con marcas de fast fashion. «No solo porque tienen unos precios más bajos y son productos más asequibles, sino que también tienen mucho capital que pueden invertir en marketing y publicidad».
¿Cuesta mucho que los jóvenes pasen de comprar fast fashion a moda sostenible -un poco más cara-?
La moda sostenible sigue siendo un reto, en gran parte por el precio. El informe European Fashion Report 2021, realizado por la agencia YouGov, explica que el precio es la principal barrera por la que un 34% de los europeos no consumen más este tipo de moda y optan por cadenas de fast fashion. Y este porcentaje se incrementa en los más jóvenes.
Según creen en Moti a los jóvenes les cuesta porque es cierto que el precio para ellos es relevante y limitante. «Por eso, es importante poder crear un tejido empresarial bajo paradigmas diferentes: encontrar la fórmula para que los talleres no tengan que incrementar sus precios de confección al trabajar bajo pedido, por ejemplo.»
Por su parte, desde Canussa opinan que el hecho de que la mayor parte de la gente joven todavía no tenga un trabajo estable es un gran escollo a la hora de poder optar por moda sostenible, que tiene un precio más elevado que la moda low cost. Asimismo, también piensan que dado que a los más jóvenes les gusta mucho cambiar de ropa, una buena opción a la fast fashion es la moda de segunda mano o la compartida.
Finalmente, desde Egal (que cuenta con un perfil de cliente más joven al ser las más benjaminas), creen que al principio sí que es un poco más complejo que las personas más jóvenes confíen en este tipo de marcas, pero una vez que lo hacen, repiten porque «están encantados con la calidad del producto».
Fuentes: Naciones Unidas, YouGov, Amnistía, Greenpeace, Hemeroteca, Egal, Moti, Canussa.