Desde la década de los 70s, diferentes movimientos sociales surgieron de manera estelar hasta nuestros días. Muchos de ellos, dejando mella como el punk o el hardcore. Revoluciones personales y artísticas que nacieron con el fin de denunciar y abolir el sistema actual que, según sus testamentos, nos oprimen y nos reducen a sujetos pasivos.
En la mayoría de los casos, en zonas en donde el movimiento y la aceptación de estupefacientes, alcohol y mucho sexo, llegó a calar y manchar el mensaje de estos movimientos, acabó con centenares de vidas y manteniendo secuelas a día de hoy.
No obstante, no es hasta la década de los 80s que ante este fervor, surge lo que conocemos como Straight Edge: un movimiento juvenil que nace como contrarrespuesta a todo ese desenfreno y caos emergido por el punk y el hardcore en nuestra sociedad. Y es que, aunque surge de esta base, tienen principios fijos que marcan la diferencia.
Estas personas mantienen una especie de contrato personal, el cual les obliga a prohibir el consumo de cualquier sustancia que pueda alterar la percepción y la realidad de nuestro cuerpo. Esto puede ser el alcohol, las drogas o el tabaco.
También rechazan, en algunas ocasiones, las relaciones sexuales fuera de una relación sexoafectiva, es decir, deben de fijar una relación de pareja para tener sexo. Además, tanto el vegetariano como el veganismo, puede convertirse en otra de sus exigencias aunque no obligatorio.
Ante esto, también surge un género musical (como Youth of Today o Rise Against) y una estética reconocible: predomina el negro y la «X» como símbolo de su ideología. Este logo, tanto tatuado como no, representa el empoderamiento ante el rechazo, de finales de los 70s, a menores de 21 años a consumir bebidas alcohólicas y a permanecer en fiestas «para adultos».
Y aunque siguen manteniendo esa esencia revolucionaria y antisistema, reflejan un vertiente poco habitual, sobre todo en jóvenes, de nuestra sociedad de consumo y desenfreno.
Un revolución que se basa en el autocuidado y en la compasión personal como antídoto de lucha Straight Edge.