2 de junio del 2018. El Cádiz es derrotado en Granada y queda fuera de los puestos que dan derecho a disputar los playoffs de ascenso a Primera División.
Tras conseguir los ansiados 50 puntos y por consiguiente, la salvación, el conjunto gaditano dejó mucho que desear en la segunda mitad de la temporada. El mal juego, el conformismo y la desgana fueron las señas de la identidad cadista hasta la última jornada de liga. Ese día, batallando en el reino nazarí, el Cádiz volvió a exhibirse de forma macabra dentro del terreno de juego y demostró, una jornada más, que no había que buscar culpables fuera de la entidad. Aunque hubo alguien que contribuyó directamente al desastre.
Con el dorsal 11 a la espalda, Darwin Machís aniquiló las esperanzas del Cádiz con dos golazos que sirvieron para alejar a los de Álvaro Cervera de las posiciones privilegiadas que habían ocupado durante una gran parte de la competición. El partido finalizó 2-1 y la afición cadista, emprendiendo el camino de vuelta a casa, volvió a admirar las luces de la ciudad milenaria en lontananza con la convicción de que, la que más brillaba, era la de ese exquisito extremo venezolano.
Caprichos del destino, Darwin se enfundó la elástica del Cádiz el 3 de febrero del 2019, siete meses después de su excelsa actuación en Los Cármenes, contra el equipo que acababa de conseguir su cesión con opción de compra en caso de ascenso. Marcó un gol sublime en el Carlos Tartiere ante el Oviedo y, aunque no se pudo obtener la victoria, el jugador vinotinto ya dejó su impronta grabada en el juego cadista y advirtió a los rivales de lo que era capaz de hacer bajo la batuta de Cervera. Dos días después, en su presentación, declaró que tenía otras ofertas, pero se decantó por el Cádiz gracias a la afición y a la manera que el equipo disputa cada partido. ‘La bestia’ iniciaba su conversión al cadismo y, los cadistas, al darwinismo.
Tres meses después, en la ‘Tacita de Plata’ no se recuerda un prodigio invernal de tal magnitud desde jugadores como Lucas Lobos, Pablo Hernández, David Sánchez o Roberto Peragón. La profesionalidad, la entrega y la determinación de ‘la bestia’ Machís han provocado en más de una ocasión el delirio de los aficionados del submarino amarillo: su gol decisivo en Alcorcón, su magnífica actuación en Tarragona con golazo incluido, el ‘hat-trick’ en el estadio de Gran Canaria o la exhibición ante el Numancia le han convertido en ídolo incondicional de la parroquia cadista.
Un jugador diferente y desequilibrante que, con ansias por tirar del carro, a veces peca de individualista. Con 8 goles en 10 partidos, ha igualado a Manu Vallejo como máximo goleador del equipo. Sus dos únicas tarjetas amarillas vienen de quitarse la camiseta por celebrar dos goles. Pasión y garra que comulgan a la perfección con los valores del club, como ya se vio al finalizar el encuentro contra el Numancia, cuando el venezolano empezó a celebrar el triunfo con cada una de las gradas del Ramón de Carranza mientras se golpeaba con orgullo el escudo de su camiseta.
Quedan siete jornadas para dilucidar el futuro del Cádiz, pero no tantas para averiguar el de Darwin Machís. La selección de Venezuela disputará la Copa América a partir del 14 de junio, por tanto, el jugador no podría disputar unos hipotéticos playoffs de ascenso. Incluso se pone en duda su presencia en la última jornada de liga, que tendrá lugar en El Molinón contra el Sporting de Gijón. El Cádiz tendrá que llegar a un acuerdo con la Federación Venezolana de Fútbol para que ‘la bestia’ pueda jugar ese encuentro. En una entrevista con el diario As, Darwin confirmó que es prácticamente imposible que juegue los playoffs y que su deseo es ascender directamente para que el problema desaparezca.
Pase lo que pase, disfrutemos de su presencia hasta entonces.