El 25 de septiembre de 2017, el semiautónomo Gobierno Regional de Kurdistán en Iraq celebró un referéndum de independencia, con objeto de la creación o no de un Estado soberano. Masoud Barzani, el presidente del gobierno regional aseguró que mantuvo charlas con el gobierno central en Bagdad y acordó celebrar este referéndum por ser un derecho legal el de sus constituyentes a expresar su visión (1). Luego de los resultados, el objetivo sería el de negociar con Iraq, de manera pacífica y a través del diálogo, el futuro de sus naciones. Los resultados mostraron que 2,86 millones de kurdos, 92% de la población de la región, se expresó a favor de la independencia. Con los resultados sobre la mesa, queda ver cuáles serán las implicaciones para los kurdos en el futuro. Pero antes, ¿Quiénes son los kurdos?
La región de Kurdistán comprende un territorio de unos 392.000 km2, más grande que Alemania, y una población de por lo menos 28 millones de kurdos, convirtiéndolos en el grupo étnico más grande del mundo sin un estado propio. Este grupo ocupó la región, antiguamente llamada Corduene, desde tiempos previos al imperio Romano, y goza de una cultura, idioma e identidad única. Son étnicamente distintos que los turcos, árabes y persas, las tres etnias de la región, siendo los kurdos musulmanes sunníes, en general moderados, laicos y occidentales.
La tensión surgió luego de la caída del imperio Otomano, cuando en el acuerdo de Sèvres se crearon las naciones de Siria, Iraq, Kuwait, pero no la de Kurdistán, como había sido negociado (2). Esto dio lugar a que los kurdos quedaran divididos entre 4 países con fronteras definidas, y que tensiones explotaran entre los distintos grupos a lo largo del siglo XX. Pronto, los kurdos empezaron a ser vistos como una amenaza para la estabilidad de estos países.
La región de Kurdistán ha sufrido opresión y represión por parte de estos 4 países en numerosas ocasiones. Muchos nunca fueron reconocidos en los asuntos políticos ni en la historia, otros sufrieron destinos más crueles para asimilarlos en sus respectivas regiones (3). En Iraq, el régimen de Saddam Hussein condujo numerosos ataques, muchos con armas químicas, a pueblos y tribus Kurdas. El genocidio kurdo en Iraq resultó en la muerte de hasta 180 mil personas (4). En Irán, durante la revolución de 1970, se desplazó a pueblos kurdos hacia las fronteras, igual que en Siria. Y en Turquía, el grupo terrorista conocido como el Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK, por sus siglas en turco), lleva en conflicto abierto contra el ejército turco, el segundo más grande de la OTAN, desde 1978, con más de 30 mil kurdos muertos (5).
Sin embargo, desde 1970, los kurdos iraquíes gozan de cierta autonomía regional. Pero no fue sino hasta a partir de la primera guerra del Golfo en 1991, cuando las fuerzas americanas presionaron para que se respetase esta autonomía, que el Gobierno Regional de Kurdistán pudo contar con un parlamento y ejercito propio. A partir de esto Kurdistán empezó a tener más presencia en la región como un actor político, ayudando por ejemplo a establecer el régimen post-Saddam Hussein, y más recientemente, luchando en el frente contra el Estado Islámico, junto con los kurdos sirios (6).
Dado el caos creado por ISIS en Siria e Irak, los kurdos se unieron más que nunca, y han ganado más territorio y autonomía, convirtiéndose en un aliado fiel de la coalición americana contra el grupo terrorista. Habiéndose convertido prácticamente en carne de cañón en esta lucha contra el terrorismo, se ganaron la atención y el respeto de occidente. Ahora, habiendo casi terminado de avanzar sobre los territorios conquistados por el estado islámico, queda pendiente decidir el futuro de los kurdos. El referéndum celebrado por el Gobierno Regional en Iraq es precisamente un esfuerzo de los kurdos por declarar que una vez terminada la guerra esperan poder decidir sobre su futuro, y ahora cabe descubrir qué dirá el gobierno central iraquí, y todavía más importante, qué apoyará la comunidad internacional.
Para muchos está claro que el momento de los kurdos está a la vuelta de la esquina, que merecen su Estado tan ansiosamente deseado. Pero los otros países con minorías kurdas temen que el deseo de independencia de los kurdos iraquíes se contagie a sus propias poblaciones, y que pronto todos tengan que rendir territorio a un posible nuevo Kurdistán. Para países como Estados Unidos, apoyar la independencia de los kurdos iraquíes sería ir en contra del gobierno de Irak que les ha costado tanto crear, y atentar posiblemente contra aliados esenciales de la OTAN como Turquía.
El referéndum celebrado en Iraq puede llevar a muchos caminos que ciertamente cambiarán el escenario político. Pronto, si la situación se tuerce, todos los países deberán tomar un bando y apoyar a unos o a otros. Pero una región tan castigada como el medio oriente merece tiempos de paz. El miedo a cambiar afecta a todos, pero la hora de los kurdos está aquí.
- http://foreignpolicy.com/2017/06/15/masoud-barzani-why-its-time-for-kurdish-independence/
- https://en.wikipedia.org/wiki/Treaty_of_S%C3%A8vres
- http://news.bbc.co.uk/onthisday/hi/dates/stories/march/16/newsid_4304000/4304853.stm
- https://thekurdishproject.org/history-and-culture/kurdish-history/kurdistan-genocide/
- http://www.elmundo.es/elmundo/2013/04/25/internacional/1366917664.html
- https://www.cfr.org/interactives/time-kurds#!/time-kurds