Artículo escrito y enviado por Gemma Encabo desde Plataforma por el Apto General.
El 13 de marzo se decretó el cierre de colegios, institutos y universidades, y desde el primer momento se manifestó en los medios de comunicación la preocupación generalizada acerca de que iba a ocurrir con niños y adolescentes.
En contra, en pocos momentos se ha escuchado que va a pasar con los estudiantes que piden prestamos, trabajan o sacrifican su tiempo libre tratando de lograr la nota media exigida con el fin de obtener una beca para financiar sus títulos, los universitarios.
Las universidades españolas han tomado la decisión de continuar con el curso vía online, obviando las peticiones y reclamaciones de sus estudiantes.
Se mantiene la evaluación continua y los exámenes finales, pero no la enseñanza de calidad
En su mayoría, las universidades presenciales no están capacitadas para adaptarse a la educación a distancia a la velocidad que requiere esta situación.
Aunque una parte del profesorado pretenda adaptarse al cambio, los docentes en general no conocen las técnicas necesarias para evaluar vía telemática, no disponen del material adaptado a la enseñanza online, y lo peor, es que pretenden que el alumnado lo entienda y sufra las consecuencias de ello.
Son muchos los estudiantes que por medio de las redes sociales como Twitter o Instagram manifiestan su descontento, y tras ser utilizados como conejillos de indias durante más de un mes por el nuevo método de enseñanza impuesto, han llegado a una conclusión, #FindelCursoAhora.
Lucha contra las injusticias que están viviendo los estudiantes
Desde Plataforma por el Apto General, se busca luchar contra las injusticias que están viviendo cada día los estudiantes de todas las universidades españolas.
No todos los estudiantes disponen de los medios tecnológicos para acceder a este tipo de educación, el ambiente requerido para asimilar conceptos también es un factor determinante del que no todos disfrutan.
Además, aunque las universidades no lo consideren, los alumnos también pueden padecer los síntomas psicológicos del confinamiento, siendo entre ellos problemas de sueño, ansiedad, estrés…, dificultando el aprendizaje. Y por supuesto, pueden ser victimas de covid-19 o cuidadores de familiares enfermos, siendo así imposible continuar con la evaluación continua de pésima calidad que ofrecen los docentes.
Ya son más de 65.000 firmas de estudiantes universitarios en la organización charge.org a favor del aprobado general, un intento de huelga online, y un sin fin de reclamaciones que llegan al Decanato de las Facultades sin ser valoradas.
Los estudiantes universitarios necesitan ser escuchados, pues son ellos quienes han decidido abonar las elevadas tasas de la educación presencial esperando recibir el servicio que se merecen. Y si este no es posible como ya se ha comprobado, se pretende optar por la opción que menos perjudique al alumnado, siendo el aprobado general no computable, es decir, sin nota, la mejor manera de subsanar la situación.