El Ministerio del Tiempo es una de las mejores series españolas. Mezclando ficción e historia, es una vía perfecta para educar a cientos de miles de españoles que disfrutan conociendo a personas grandes de España y a su propia historia.
Actualmente, la serie se encuentra emitiendo su cuarta temporada, que, tras más de dos años, ha vuelto a las pequeñas pantallas, a la web de RTVE y a HBO y ayer emitieron un momentazo que se ha quedado grabado en nuestras retinas.
Atención, spoiler, no continúes leyendo si no has visto el último capítulo.
En el capítulo de anoche, titulado Bloody Mary Hour, todo apuntaba a que el equipo de las primeras temporadas volvería a formarse. Amelia (Aura Garrido) volvía para intentar recuperar la memoria de Julián (Rodolfo Sancho), al que se le daba por muerto en la Guerra Civil en 1937.
Una de las posibles vías para «recuperar» la memoria de Julián podría haber sido tratar de emular el amor de Amelia y Julián de hace varias temporadas, pero los guionistas apostaron por uno de los personajes clásicos y preferidos de la audiencia: Federico García Lorca. Un acierto.
Federico García Lorca, uno de los poetas más reputados de nuestro país ha sido un personaje recurrente en el Ministerio del Tiempo. Su relación con Julián, con el tenía algo parecido a una conexión mental, fue el que le hizo recuperar la memoria. Esa amistad que se formó en una de las misiones y en los sueños de ambos fue el detonante.
Lorca visita el Ministerio
Como ya sabemos, según las principales hipótesis Lorca fue fusilado el 18 de agosto de 1936 en Granada por el bando franquista por ser «socialista, masón y homosexual».
Julián ya siendo él mismo y conociendo el futuro de Lorca, decidió traer al poeta al Ministerio del Tiempo y advertirle de que no volviese a Granada porque le iban a fusilar.
Para demostrarlo, Julián también decidió llevar a Lorca a una taberna granadina unos 50 años después, donde Camarón estaba cantando ‘La leyenda del tiempo’, uno de sus poemas más conocidos. Al escucharlo, el poeta se sorprendió porque tanto tiempo después se le siguiese conociendo.
«Entonces, he ganado yo, no ellos. Dejemos las cosas como están» afirmó el poeta sabiendo que le iban a matar, pero que España le recordaría.