Desde hace unos meses, la conocida como Ley Rider, que determina que los trabajadores de compañías como Glovo, Deliveroo o Yber Eats tienen derechos de organización, sindicación, de protección social, de cotizaciones y salariales, está vigente, y las compañías se han tenido que adaptar a ella.
Pero parece que no todas lo han hecho, según ha afirmado la directora general de Uber Eats en España, Courtney Tims. Tims ha hecho llegar a la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Diaz, una carta en la que acusa a Glovo de incumplir la Ley Rider por seguir operando con trabajadores autónomos.
¿Qué dice la carta?
«Hoy, más de seis meses después de su entrada en vigor, las empresas que cumplimos la ley nos encontramos con una situación paradójica. Nuestras flotas colaboradoras no encuentran repartidores porque éstos prefieren ser autónomos, de manera que trabajan con Glovo, la única empresa que se lo permite, el mayor unicornio español, en contra de la ‘Ley Rider'», asegura la directora general de Uber Eats en España.
Mientras, según afirma, ven «con impotencia» cómo el Gobierno no ha conseguido hacer cumplir la Ley Rider y «cómo la situación de desventaja de todas las empresas que sí la cumplimos empeora cada día«.
«Ante esta situación, todos nos hacemos la misma pregunta: ¿Debemos seguir el ejemplo de Glovo y trabajar con autónomos para poder competir en igualdad de condiciones?», se cuestiona la directiva.
¿Cómo ha contratado Uber Eats a sus repartidores?
En la misma, Tims vuelve a destacar el «gran esfuerzo» realizado por la compañía para adaptarse a la ley un «tiempo récord».
«Gracias a este esfuerzo, desde el pasado 12 de agosto, todos los repartidores que trabajan con Uber Eats cuentan con un contrato de trabajo. Para cumplir con la ley, optamos por la misma alternativa que la mayoría del sector del ‘delivery’ español: trabajar con flotas de mensajería y logística, que han contratado a miles de repartidores en toda España«, señala.
No obstante, según explica, en los últimos meses, las flotas que colaboran con la compañía se han encontrado con un problema: cada día les cuesta más encontrar repartidores para atender la creciente demanda de comida a domicilio.
«Un problema que, además de las flotas, sufren clientes y restaurantes por igual. Unos ven cómo su pedido tarda mucho más en llegar, y los otros acumulan pedidos que nadie recoge», indica.
Fuente: Europa Press.