Nuevo episodio en la guerra en Ucrania. El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, ha anunciado a varios países occidentales su miedo por el uso de una posible bomba sucia por parte de Ucrania.
La bomba sucia es una combinación de un explosivo (como por ejemplo dinamita), que se rodea de material radioactivo. La gran preocupación se encuentra en que este tipo de armamento no genera una explosión atómica como las que todos nos imaginamos, sino que los materiales radiactivos se dispersan y afectan a las personas que se encuentren cerca de la explosión.
Si estos materiales se dispersan, atacarían a las personas si respiran el polvo o consumen alimentos y/o agua contaminada.
Además, Rusia ha añadido que cree que el objetivo de Ucrania sería culpar a Rusia, por lo que, en su opinión, explotaría este armamento en su propio territorio, con el objetivo de culpar a Rusia y provocar la consecuente respuesta de Occidente.
Esta acusación ya ha sido negada de forma rotunda por Ucrania. Primero la ha negado el propio presidente, y después Dmytro Kuleba, el ministro de relaciones exteriores de Ucrania, ha afirmado que todo un invento del país de Putin que quien tiene armas nucleares es Rusia.
Además, ha animado a quien quiera a que vayan a comprobar los almacenes y corroboren que no existe esa supuesta bomba sucia y ha desvelado que ha hablado con el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, y que coinciden en que «la campaña de desinformación de Rusia sobre la bomba sucia podría tener como objetivo crear un pretexto para una operación de falsa bandera».
Por su parte, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha aceptado una oferta de Ucrania para que expertos de la agencia descarten sobre el terreno las sospechas rusas.
Fuentes: Twitter, Wikipedia, El Mundo, El diario.es, The Washington Post, BBC, The Huffington Post.