La mirada de Clint Eastwood. La sonrisa de Julia Roberts. La pose de Javier Bardem en No es país para viejos. Son gestos, acciones realizadas por nuestros actores favoritos que ya se encuentran en el imaginario colectivo. Pero, ¿cómo logran transmitir tantas sensaciones y emociones con tan poco despliegue de medios puramente narrativos?. Fácil: con el lenguaje corporal y la comunicación no verbal.
Cualquiera podría pensar que llegar al nivel de estos titanes del celuloide es imposible, no se puede ofrecer tal abanico de emociones. Nada más lejos de la realidad. Todos los días, las personas de a pié muestran su mundo interior aún sin darse cuenta. Es fácil saber cuando alguien está intranquilo: mirada nerviosa, manos sudadas o golpes continuados al suelo con la planta de uno de sus pies. O saber cuando alguien está feliz, tomando como ejemplo una amplia sonrisa desenfadada o unos gestos afectivos como el coger la mano de otra persona. Básicamente, es todo una amalgama de pequeños detalles que ejercen de primera carta de presentación hacia aquellos individuos capaces de apreciarlos.
En el ámbito laboral, este lenguaje corporal cobra una gran importancia. En el mundo contemporáneo, las entrevistas de trabajo no solo sirven para evaluar de forma más personal tu currículum. Las empresas buscan gente activa y trabajadora, por lo que es importante mostrar la actitud adecuada tanto de forma verbal como en el lenguaje corporal. Este último forma parte de un terreno nada explorado en la sociedad y poco trabajado para estas nuevas entrevistas. Pero no te preocupes, aquí te dejamos unas pocas claves para que empieces a ofrecer otra imagen en el lenguaje corporal de cara al mundo laboral.
Lo primero, hay que tranquilizarse. Debes expresarte con naturalidad pero sin excesos, no estás de fiesta con los amigos. Al llegar, un firme apretón de manos es la mejor declaración de intenciones. Una vez comenzada la entrevista es importante ser consciente de tu postura. Si te reclinas demasiado en la silla o encorvas tus hombros no ofrecerás una imagen adecuada a la situación. Todo debe ir acompañado de una sonrisa y una actitud positiva, algo muy valorado por las empresas dinámicas que buscan el contacto y el trabajo en equipo. El uso de las manos es muy importante para enfatizar los datos más importantes que quieras transmitir, aunque no se debe abusar de ello. Y por último, volvemos a recalcar la idea inicial: hay que mantener la calma y relajarse.
Esperamos que este breve compendio te sea de utilidad de cara a tu siguiente entrevista de trabajo. ¿Tienes algún consejo que compartir con nosotros? ¿Alguna historia que pueda sernos de utilidad? ¡Compártela con nosotros!