Con el cierre de los comercios que no son de primera necesidad, las empresas han tenido que cambiar sus estrategias de marketing en cuestión de días. A pesar del cierre, mantienen su actividad gracias a internet y la posibilidad de enviar sus productos a domicilio.
Los datos de marzo sobre publicidad evidencian los problemas a los que se enfrentan: las agencias declaran haber perdido al menos un 20% de su negocio. Y las previsiones apuntan a peores datos: según Jaime López Francos, presidente de Dentsu Media & Performance, el descenso de la inversión podría situarse entre el 40 y el 50%.
Aunque la inversión cae, las audiencias crecen exponencialmente: los datos de Omnicon MediaGroup indican un incremento en televisión de un 42% y del 77% en consumo de prensa por internet.
Cómo es la publicidad en la cuarentena
Gran parte de las estrategias de marketing de las grandes empresas están dirigidas a transmitir un mensaje de solidaridad y acompañamiento, al mismo tiempo que detallan sus supuestas medidas sobre envíos a domicilio.
Los fabricantes de automóviles, como Hyundai y Ford, ofrecen pagos aplazados de sus vehículos como nueva estrategia de marketing y se suman a la fabricación de respiradores, como hizo Seat; Media Markt y Fnac destacan los descuentos y el envío a domicilio, y tecnológicas como Samsung, Microsoft y Huawei ofrecen consejos y programas gratuitos, mientras esta última destaca las donaciones de material sanitario a España.
En cuanto a las empresas de reparto de comida, Glovo ha alcanzado un acuerdo con Día para repartir pedidos en Madrid, Sevilla, Cádiz y Málaga; al mismo tiempo que Just Eat y Uber Eats incrementan sus descuentos.
Pero si hay un sector que trata de enfatizar su cercanía hacia los consumidores, es el cultural. Editoriales y autores han puesto a su disposición obras en formato digital y un calendario de eventos en redes sociales, caso de, entre otros, Planeta de Libros o Dolmen Editorial. Ante la cancelación de eventos, los y las artistas se unen para crear festivales y recitales de poesía, además de ofrecer grabaciones de sus espectáculos, alejándose del marketing habital.
Y, como ya es habitual en los temas del día durante la cuarentena, la industria textil destaca su remodelación del proceso de producción para confeccionar material sanitario, con Inditex y las donaciones de Amancio Ortega a la cabeza de las tendencias en redes.
Dos realidades: social y económica
Si hay una palabra que se ha hecho un hueco en el vocabulario de todos los españoles, esa es “ERTE” (Expediente de Regulación Temporal de Empleo). Medida por la que, según el Ministerio de Trabajo, 620.000 personas se encuentran en ese desempleo “temporal”.
Destacan las prácticas de Burger King y Seat, con unos 28.800 puestos afectados que sumarían las dos empresas, pero la cadena de comida rápida tuvo que reducir la medida en 1.700 empleados, tras el rechazo del Gobierno. A las personas que se encuentran en situación de ERTE, habrá que añadir 4.300 empleados del área comercial y de la planta embotelladora de Málaga de Coca Cola.
Además de los ERTE, también están las condiciones laborales de quienes, según el Real Decreto, mantienen actividades de primera necesidad.
UGT ha denunciado ante la Inspección de Trabajo a Glovo, Deliveroo, Uber Eats y Amazon por la falta de medidas de prevención para sus repartidores. El sindicato señala que “tan solo reciben una serie de correos donde les dan una serie de recomendaciones y compromisos para dotarles de mascarillas y guantes, pero nunca llegan”.
La propia UGT indica que los repartidores están obligados a seguir el horario que piden las plataformas, permaneciendo en la calle, con un complemento de “alrededor de 100 euros a la semana” por exponerse al Coronavirus.
Al mismo tiempo que UGT denuncia la situación del reparto de comida, CGT hace lo propio con Correos, con declaraciones sobre la falta de medidas de protección y desinfección.
En cuanto a la industria textil, el “candado mundial” que ha supuesto el Coronavirus afecta de manera directa a las fábricas de H&M, Victoria’s Secret, Decathlon y tantas otras empresas que promovieron la deslocalización. El colectivo Dabindu ha denunciado que más de 20.000 personas estaban confinadas en pensiones debido a que se encontraban lejos de sus aldeas en el inicio de la cuarentena.