Parece que la idea de Musk de empezar a “rentabilizar” ya la compra de Twitter va a esperar. Según ha afirmado la cadena CNN, la plataforma habría decidido retrasar el lanzamiento de su nuevo plan de pago de cuentas verificadas hasta después de las elecciones de medio mandato en Estados Unidos.
Esta idea llega después de que muchos criticasen el lanzamiento de este plan de suscripción en medio de las elecciones, puesto que podría hacer que fuese más difícil distinguir los mensajes reales de los falsos (sin saber quién se hacía pasar por político).
Otra de las quejas de este plan de verificación era que cualquier cuenta falsa podría “verificarse”, a lo que ahora Musk ha explicado que “cualquier usuario de Twitter que participe en suplantación de identidad sin especificar claramente “parodia” [en su cuenta] se suspenderá de forma permanente”.
“Antes enviábamos una advertencia antes de la suspensión, pero ahora que estamos implementando una verificación generalizada, no habrá ninguna advertencia. Esto se identificará claramente como una condición para registrarse en Twitter Blue”, ha añadido.
Pide a otros trabajadores que vuelvan
Por otra parte, parece que el CEO de esta plataforma recortó demasiado y despidió a algunos trabajadores clave.
Recordemos que hace unos días, concretamente el pasado viernes, Musk despidió a casi el 50% de la plantilla mundial (se calculan unos 3.700 empleados) y que estos empleados se organizaron rápido denunciando que los despidos eran nulos (en España CCOO y UGT denunciaron esta nulidad).
Musk entonces afirmó que había sido generoso con la indemnización, pero la cosa no se se ha quedado ahí.
La compañía ha estado el fin de semana contactando con decenas de extrabajadores para pedirles que regresen a la compañía porque fueron despedidos por error y ejercían labores fundamentales para los planes de Musk, según ha adelantado Platformer y confirmado Bloomberg.
Y eso recordando que durante los primeros días de Elon como jefe, muchos empleados se han visto forzados a trabajar muchísimas horas para sacar adelante sus planes, forzando que algunos empleados tuviesen que dormir en la propia oficina.
Además, se ha producido una huida de algunos de los anunciantes más importantes, que han parado sus inversiones.