El CEO de Tesla y SpaceX, Elon Musk, quien es considerado por muchos como un visionario de la tecnología, ha realizado unas polémicas declaraciones en las que advierte de que «probablemente veremos una fusión más estrecha de inteligencia biológica e inteligencia digital».
Pero, ¿qué significa esto? Bien, Elon, es de ese tipo de personas cuyas mentes van por alguna razón adelantadas respecto a las de los demás (es el creador de la gama de coches eléctricos más famosa del mundo, Tesla). Esto le ha hecho pensar en cómo mejoraría la capacidad de los humanos para poder ser más provechosos trabajando con máquinas.
Para ello ha pensado en la fusión de un cerebro con inteligencia artificial, de tal forma que se saque lo mejor de cada parte. La razón principal es la velocidad de transferencia.
El millonario ha advertido de que, mientras que los ordenadores pueden comunicarse a un ritmo de «un billón de bits por segundo», los seres humanos sólo pueden comunicarse con las máquinas gracias a sus dedos, a un ritmo de unos 10 bits por segundo.
Si bien es cierto que gracias a las últimas tecnologías no sólo podemos comunicarnos con las máquinas a través de las manos, la mayoría del tiempo es de esta forma, y resulta ineficiente.
Con la solución propuesta por Elon, juntaríamos de alguna manera la cordura, razón e imaginación humana con la productividad y velocidad de los ordenadores de hoy en día. El concepto más cercano ya pensado con anterioridad es la de un ciborg, pero lo bueno de esta nueva idea (y de que aún esté todo en el aire) es que podemos imaginarnos ese futuro pero sin modificar nuestro aspecto físico.
El único problema de esta idea de «robotizar» nuestros cerebros es que, en el momento en que una inteligencia artificial supere la inteligencia más superior de entre los humanos, tendríamos un gran problema. Menos mal que aún no ha ocurrido nada del estilo, porque no ha ocurrido, ¿verdad?…