Los ordenadores cuánticos son «súper-ordenadores» que trabajan no con bits (1s y 0s) si no con qubits (los cuales pueden tener valor 1, 0 y ambos al mismo tiempo)
IBM es la empresa que lidera el progreso en el campo de la computación cuántica en la actualidad, aunque hay empresas (como DWave) las cuales ya han comercializado algunos modelos por alrededor de 3,8 millones de dólares cada uno… Una salvajada. Ya que para que funcionen de manera correcta hay que mantenerlos con un sistema de refrigeración muy potente, puesto que los qubits trabajan a temperaturas cercanas al 0 absoluto (-273 ºC).
La filosofía de estos «súper-ordenadores» es la de poder realizar operaciones a muchísima más velocidad que los mejores ordenadores de la actualidad. Dada la particular condición de los qubits, se puede contemplar una posición más de información por cada bit de los ordenadores clásicos.
Esta posibilidad de poder estar con valor 1, 0 o ambos a la vez se debe a la naturaleza cuántica de los qubits (Quantum+Bits) lo cual se puede entender con el siguiente famoso símil de la física cuántica: El Gato de Schrödinger. Dicho gato está metido en una caja con un mecanismo que, de ser activado por el gato, desprendería un veneno que mataría al felino. Suponiendo que no podemos ni ver ni oír lo que está pasando ahí dentro, el gato está vivo y muerto al mismo tiempo.
Ahora bien, lo interesante comienza cuando se juntan estos nuevos «súper-ordenadores» con sistemas cognitivos de machine learning (aprendizaje automático mediante máquinas). Estos sistemas cognitivos son todo lo contrario a un ordenador actual nuevo: cuando uno compra un nuevo equipo, es al comienzo cuando su funcionamiento es óptimo y todo funciona a su máximo rendimiento. En cambio los sistemas cognitivos funcionan al revés (como si de un humano se tratara) al comienzo son torpes y cometen muchos errores de los que aprenden, y poco a poco vuelven a esquivar los errores pasados, además de poder elegir correctamente nuevas decisiones en base a los errores que aprendieron de casos pasados. Esta capacidad, sumada a la velocidad de proceso de los ordenadores cuánticos, nos podría traer la tan esperada inteligencia artificial en poco tiempo, ya que no tardaría prácticamente nada en aprender de millones de errores en millones de casos.
Aunque nos emocione el hecho (personalmente sí que me causa emoción) de que vayan a hacerse realidad las inteligencias artificiales, es peligroso desarrollar una inteligencia artifical que pueda tomar las decisiones por sí sola en base a lo que ya lleva aprendido. ¿Por qué digo que es peligroso? Porque, al igual que muchas películas de ciencia-ficción relatan, existe la posibilidad de que una inteligencia artificial haga una evaluación sobre nuestra existencia (por ejemplo) y considere que no somos eficientes como para sobrevivir en la Tierra… Pero lo importante es que todo esto último por ahora forma parte de la ciencia-ficción, así que la buena noticia es que cada vez estamos más cerca de poder usar un ordenador cuántico que mejore exponencialmente la velocidad máxima de cálculo hasta la fecha.