Un melómano que despegó a La Riviera de Madrid para viajar por su repertorio
Vasos de plástico rellenos de cerveza y voces susurrando en alto “deja de hacerte de rogar”. Recuerdos, como la impaciencia de un niño la noche del cinco de enero, todos creyeron en verle. Y, efectivamente, conquistó la sala La Riviera de Madrid un melómano agitado y con una camisa de estampado tropical, Xoel López. Irrumpió en la sala como un delincuente orgulloso, modesto y con morriña que trafica con vitamina antirraquítica, consciente de la carencia del demandante.
Xoel López decidió, con paso firme y enérgico, situarse entre las nubes con Here Comes the Sun de James Last y su esencia. Estrategia premeditada para lograr la sinestesia póstuma de los asistentes. El artista se sintió con la seguridad de empezar con su tema Jaguar, como cuando dio un aperitivo de su disco Sueños y Pan (2017). También aprovechó su cita para aclarar su relación especial con la ciudad a partir de Por el viejo barrio y Madrid.
Su nuevo repertorio daba latigazos de realidad que conseguía transportar al público repentino al centro peninsular, a la costa del norte o Sudamérica, con el golpe a coro y a tempo del cántico de los asistentes aclamando a Xoel. Conjuntamente aportaban concordancia al viaje sináptico y a la nostalgia del artista gallego al acordarse de su antiguo proyecto Deluxe y de una de sus compañeras de oficio, Tulsa, cantando una de sus canciones.
Xoel López cerró el concierto cantando y confesando que no cree en los fantasmas, así como en las personas que no recuerdan nada. En cambio si que confía en un equipo formado por Lola García Garrido, Charlie Bautista, Alice Wonder y Adrián Seijas entre otros. Y en Rey Lobo, grupo murciano y artista en la creación de música Folktronica, como teloneros.