Íñigo Méndez de Vigo, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, comunicó en febrero la intención de bajar el IVA de los espectáculos en directo, pero que el cine tendría que esperar.
Mañana, casi un mes más tarde, el Consejo de Ministros propondrá un proyecto para bajar el IVA cultural actual de 21% al 10%, quedando excluido el cine, lo que estaba pactado el acuerdo de Ciudadanos y PP del pasado agosto.
En 2012 el IVA cultural experimentó una subida espectacular, del 8 al 21% provocando que, durante estos cuatro años, esta industria experimentara enormes dificultades para poder seguir adelante. Desde entonces no han dejado de reclamar que se bajen los impuestos. Que se apruebe esta medida depende de la aprobación por parte del Parlamento de los Presupuestos Generales del Estado.
Por fin, parece que se podría ver un incremento de estos impuestos, que sin duda favorecerá enormemente a la industria y esperemos que, con el tiempo, se consiga recuperar del todo, pero lo que me parece impresionante, es que no bajen el impuesto del cine y sí de los toros.
El cine es nuestro legado, es lo que nos ayuda a despejarnos durante dos horas, olvidar nuestros problemas y reírnos, llorar o emocionarnos.
Los toros, en cambio, aunque para algunas personas sea una parte de nuestra cultura, no es ni de lejos un pensamiento compartido por toda la sociedad; es más, cada vez son más las personas que se rebelan contra esto.
Es difícil defender la decisión de bajar el impuesto de los toros, que no es compartido por toda la sociedad y que mantengan el del cine, un arte que gusta a todos y que, sin lugar a dudas, genera mucho más trabajo.
En conclusión, el Gobierno llevaría a cabo una buena medida, pues tiene que fomentar la cultura entre los ciudadanos y ayudarles a que puedan acceder a ella, pero si consideran a los toros parte de la cultura y por consiguiente bajar su IVA, deberían bajar sin dudarlo el impuesto del cine.