En muchas ocasiones al pensar en las grandes civilizaciones solo se vienen a la cabeza antiguas culturas que se extendieron a lo largo del mediterráneo. Pero, y si al otro lado del mar, en el mismo momento se hallaba en pleno apogeo uno de las antiguas culturas más avanzadas de la época.
Al otro lado del mundo se extiende el país que hoy en día conocemos por México, con capital Ciudad de México. Su historia se remonta mucho tiempo atrás, cuando aún en la península Ibérica habitaban los celtas e Íberos se extendía en esta región culturas como las aztecas, mayas o teotihuacanas.
Si habría que referirse a algo de la Ciudad de Mexico es su tamaño. Cuando se llega con el avión solo se ve un mar de edificios sin fin. Y no es de extrañar pues, tras un informe de la ONU de 2014, se encontraba en la cuarta posición de ciudades más pobladas del mundo con cerca de 21 millones de habitantes (la mitad de la población española).
Hoy en día uno de las principales metas de este país en recoger los restos culturales de sus antepasados. Tras el descubrimiento de América en 1492 y la conquista de Pizarro las culturas de esta región se vieron destruidas y muchas quedadas en el olvido tras la imposición por parte de los españoles de su cultura.
Por suerte aun quedan restos de lo que en un día fueron civilizaciones adelantadas a su tiempo. En pleno centro de la Ciudad de México, junto al Zócalo y la catedral de la Ciudad de Mexico, se puede acceder a los restos del templo mayor: residencia de Montezuma II hasta la conquista de los españoles. Las ruinas, que se hallaron hace tan solo 80 años, no se encuentran en un gran estado de conservación, pero aún así se puede comprobar la majestuosidad de aquella cultura azteca en ellas antes de que los españoles llegaran, y con ello destruyeran los edificios y construyeron la catedral que hoy en día es uno de los símbolos más importantes de la Ciudad de México.
Pero el mejor ejemplo de estos restos culturales los tenemos en el recinto arqueolóico de Teotihuacan. Situado a tan solo una hora del centro de la ciuadad de México se encuentra uno de los mejores restos arqueológicos de estas culturas. Pese a que Chichen Itza sea probablemente los restos arqueologicos más conocidos de estas culturas, la antigua ciudad de Teotihucan es la más impresionante, pues sus piramides doblan en tamaño a las de Chichen Itza.
Pese al increíble tamaño de estas pirámides cuesta creer que las ruinas solo se conozcan desde apenas 100 años atrás. Pertenecieron a los teotihuacanos, una civilización totalmente olvidada de la que apenas tenemos información. Se sabe que las pirámides se construyeron alrededor del 400 A.C. y la ciudad fue abandonada alrededor del 200 D.C. Las razones por lo que se abandonó tan increíble ciudad siguen siendo un misterio para los arqueólogos. ¿Quiénes fueron los teotihucaos y qué paso con ellos? Son las preguntas que los arqueólogos siguen intentando dar respuesta.
En el recinto arqueológico nos encontramos 3 pirámides: la pirámide del sol con 66 metros de altura, la pirámide de la luna, con 32 metros de altura y los restos de la pirámide la serpiente emplumada, la más bella de todos. Todas ellas unidad por el paseo de los muertos con ruinas de las casas a sus laterales. Poder contemplar el complejo desde la cima de la pirámide del sol resulta una actividad inolvidable.
Da que pensar el que desde hace más de dos mil años al otro lado del océano se levantaban tan grandes culturas de las que apenas conocemos su historia. Hay tantos misterios aún por resolver en torno a estas sociedades que seguramente, a no ser que se invente una máquina del tiempo algún día, nunca los llegaremos a desvelar.