Con la vuelta a esta convulsa normalidad, las semanas de la moda vuelven a la presencialidad para demostrar no solo las tendencias de las próximas temporadas, sino también para enseñar el poder de esta industria y cómo sus valores van acordes a los de la sociedad, especialmente a los de los jóvenes.
Ahora, las marcas apuestan por la inclusión corporal de las mujeres, fruto del movimiento body positive (la de los hombres parece estar un poco alejada aún, aunque no es comparable la presión mediática y social que ha sufrido un género y otro) y, en algunos casos, por la ruptura del género en la vestimenta.
Asimismo, marcas como Prada o Fendi han apostado por la mujer que es capaz de llevar sastrería para el ámbito laboral y transparencias para aquella ocasión en la que quiera, demostrando el empoderamiento de una mujer trabajadora que ama y disfruta de su propio cuerpo.
Otros aspectos destacables de este evento han sido el debut de Glenn Martens al frente de Diesel o la colaboración entre Adidas y Gucci. Un sinfín de anécdotas y emociones imposibles de reflejar a través de la palabra.
¿Qué marcas apostaron por el empoderamiento femenino?
Empoderar a la mujer a través de la ropa parece ser, cada vez más, una tarea ardua en una época marcada por el movimiento #MeToo. Sin embargo, las grandes marcas de moda han apostado en esta edición de la Semana de la Moda de Milán por la figura de una mujer que ama su cuerpo y lo muestra.
Desde la reinterpretación de la ropa de trabajo femenina de Prada (al igual que hicieron con la colección masculina en enero de 2022), pero proporcionándole un toque sexy mediante las transparencias en las faldas. Hasta Roberto Cavalli que, sin salirse de sus llamativos animal prints, incluyó en los vestidos arneses que alimentaban la fantasía BDSM. Se trataba, por tanto, de clásicos vestidos con exageradas aberturas que dejaban entrever gran parte del cuerpo femenino en cuya parte superior, mayoritariamente, encontrábamos arneses y collares a modo de correa.
Por su parte, la colección de Versace, dirigida por Donatella Versace, era un grito a la mujer que le decía: «¡Eres sexy! ¡Ten actitud!». Al ritmo de Attitude, de Lewis OfMan, las legendarias modelos de la industria desfilaron con una colección que da mucho que hablar: una apuesta por la sastrería italiana mezclada con el derroche de sensualidad de los corsés, los vestidos ¾ satinados y las mallas de látex.
¿Cómo fue la colaboración entre Gucci y Adidas?
La dirección de Alessandro Michele se tradujo, de nuevo, en la completa ruptura del género en la vestimenta y en looks completamente eclécticos donde la sastrería es la protagonista. En esta colaboración se mezclaron dicha sastrería con los códigos de vestimenta deportivos de Adidas. Así, ambos logos fueron combinados (teniendo en cuenta el parecido entre el trébol de Adidas y la abeja de la italiana) en una colección que demostró que la moda deportiva es moda de lujo también.
¿Qué otros acontecimientos han marcado esta edición?
El debut de Glenn Martens al frente de Diesel fue más que memorable. El joven diseñador está ya en boca de todos (más aún después de la colección de Alta Costura de Jean Paul Gaultier que diseñó y los illusion body de Y/Project en la Semana de la Moda Masculina de París). La colección fue una oda a la estética grunge y a la sensualidad de la baja costura. Una anécdota más de las tantas que nos ha dejado esta impresionante Semana de la Moda Femenina de Milán.
Fuentes: Vogue Runway