“Que le den una pizza a un niño no creo que sea un problema (…) No es un problema creo, que los niños que están confinados y jartos de estar ahí tengan que aguantar los menús que le podrían poner sus señorías de Podemos, que a lo mejor son los menús de Venezuela, es decir, nada”. Con estas palabras la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, respondía ante las críticas de la oposición sobre los menús para el alumnado vulnerable.
Mientras que las empresas que gestionan los comedores en la Comunidad de Madrid habrían realizado unos 80 ERTEs a causa del Estado de Alarma, la Consejería de Educación organizó un dispositivo con Telepizza y Rodilla (y posteriormente Viena Capellanes) para alimentar a 11.500 menores de familias que reciben la Renta Mínima de Inserción (RMI).
Quejas de múltiples sectores
Desde el anuncio de la medida, asociaciones de padres y madres, nutricionistas, sindicatos y partidos políticos se han quejado de los problemas que conllevan esta medida en la población infantil.
En un comunicado, Ecologistas en Acción recoge algunos de estos problemas:
-En el caso de Telepizza, la única ración de verduras es una ensalada que se repite cuatro veces a la semana, junto con una salsa de tomate.
-El aporte proteico viene de alimentos procesados que la OMS pide ingerir con moderación.
-No hay fruta, pescado, legumbres y lácteos.
-Existe un desequilibrio en el aporte energético entre unos días y otros.
-En cuanto a Rodilla, solo hay una pieza de fruta, una naranja. Los lácteos aparecen el 50% de los días, tampoco hay legumbres, el único pescado es el atún (no recomendado para ciertas edades), todos los días hay alimentos procesados y la cantidad de verdura y hortaliza consiste en una ensalada y la hoja verde de algunos bocadillos.
Además, la asociación denuncia que la Fundación Española de Nutrición (FEN) asesora al gobierno de la Comunidad de Madrid. Se trata de una fundación privada con gran participación de marcas de la industria agroalimentaria, entre las que se encuentra Telepizza, con uno de sus directivos como vocal de su patronato: Fernando Frauca Amorena.
Si Ecologistas en Acción recogía que un 74% de las familias con RMI no habían solicitado la ayuda a los tres días de iniciarse, Save The Children establece que está llegando “a menos de un 10% de los niños y niñas que más lo necesitan”, y pide que se modifique el criterio para atender a los “146.000 niños y niñas en situación de pobreza severa de la comunidad”.
Save The Children reclama que los menús “han de cumplir con los criterios de calidad, higiene, seguridad alimentaria y estándares dietéticos nutricionales establecidos para las comidas del servicio de comedor escolar”. También sugiere realizar entregas de alimentos y transferencias monetarias para que las familias hagan la compra y las empresas locales ejerzan de abastecedoras.
Ante las palabras de Ayuso en la Asamblea el pasado miércoles, el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas responde con un comunicado en el que muestra su rechazo a que el alumnado ingiera “alimentos precocinados y comida rápida” con “elevada densidad energética”, ya que “puede aumentar el riesgo de padecer sobrepeso, obesidad y otras patologías asociadas».
La presidenta del Consejo General de Dietistas y Nutricionistas, Alma Palau, ha recordado que, según la OMS, el 40 % de los menores españoles ya sufren sobrepeso y obesidad. Palau insiste en que «es posible llevar una dieta equilibrada, variada y completa» durante la cuarentena.
En lo que respecta a las asociaciones de padres y madres, la Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (FAPA) Francisco Giner de los Ríos ha presentado una denuncia administrativa contra la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid y ha enviado una queja al Defensor del Pueblo.
La Federación ha realizado estas medidas avalándose en un informe elaborado de nutricionistas y dietistas, entre los que se encuentra Paloma Gladiné Martín.