Este viernes, 28 de junio, se celebra en todo el mundo, el Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+. En él, se conmemora los 50 años de los disturbios de Stonewall y se defiende los derechos del colectivo, que a día de hoy, siguen siendo cuestionados.
En estos últimos años, estos encuentros han sido cada vez más mediatizados, especialmente de forma televisada. Y es que en España, según la encuesta ofrecida por el Ministerio de Cultura en colaboración con el INE en materia de Hábitos Culturales en el año 2017, prácticamente el 90% de la población española consume alrededor de 2 horas y media de televisión.
Tanto el lado televisivo más conservador, el cual defiende que este tipo de eventos y su respectiva difusión se sostiene en un entorno de depravación como el más progresista, el cual considera estas protestas como necesarias, han hecho que la opinión pública se movilice.
La televisión, responsable de difundir esos debates
Los medios de comunicación, especialmente la televisión, han sido en la mayoría de los casos, los responsables de fomentan y difundir debates públicos ante dicho asunto. Por puro espectáculo, blanqueamiento de imagen o por la popularidad de este evento, el cual va consiguiendo cada año más simpatizantes y reconocimiento social, ha hecho que en estos días, el Orgullo LGTBIQ+ se convierta en un “arma arrojadiza”, no solamente para los partidos políticos, sino también para los programas televisivos.
Opiniones confrontadas respecto a la visibilidad LGBTI
Sin embargo, la mediatiazación del Orgullo LGTBIQ+ ha suscitado muchas críticas y opiniones confrontadas, sobre todo dentro del propio colectivo LGTBIQ+. Esto se debe al sinfín de estereotipos y prejuicios sociales y a la falta de visibilidad homogénea de la comunidad.
A partir de los años 90, la capitalización constante y la mercantilización de la lucha, han hecho que exista una tendencia “gayfriendly” que solo da cobertura al “hombre gay normativo”, es decir masculino y con un cierto poder adquisitivo.
Por ende, los gays no-normativos (afeminados, sin recursos…) como las lesbianas, bisexuales y personas trans, son frecuentemente invisibilizad@s y estigmatizad@s y suelen pasar a un segundo e incluso tercer plano, no solamente en la televisión, sino también en el resto de nuestra sociedad.
La escritora y periodista trans Valeria Vegas, afirma que “existe más transfobia por parte de algunos sectores de la homosexualidad, que sólo asumen o aceptan la transexualidad como algo lúdico y frívolo. Es decir, sólo les grada si lo ven como algo degradante o que les pueda hacer reír, y eso en el fondo esconde cierta transfobia, no en el sentido estricto de la palabra, pero sí como algo en lo que en definitiva te acabas burlando. Hoy en día las personas trans están mucho más unidas que hace tres décadas”.
Representación del colectivo trans en la televisión
Según datos ofrecidos por diferentes organizaciones LGTBIQ+, el 85% de las personas trans se encuentran sin trabajo y muestran una notable exclusión laboral. Las causas principales son, entre otras, la transfobia y los prejuicios sociales propios de una sociedad cisnormativa.
No obstante, surge una pregunta al respecto: ¿qué papel juega la televisión ante este aspecto? Como no era de extrañar, la responsabilidad social y política que ejerce la televisión en nuestra sociedad, es uno de los causantes de dicha discriminación.
Y es que, tanto de forma directa e indirecta, la televisión, desde su origen, ha ido generando y fomentando constantemente, un sinfín de estereotipos y prejuicios sociales, los cuales la sociedad ha llegado a aceptar y normalizar. Esto último, lo podemos llegar a comprobar en un claro ejemplo social: los famosos roles de género.
En el caso de las personas trans, generalmente son representadas como trabajadoras sexuales, extravagantes y con una notable adicción, tanto a las drogas como al sexo.
En televisión se tiende a generalizar y demonizar a la comunidad trans
Aunque puede haber casos que cumplan con esa condición, en televisión se tiende a generalizar y demonizar, no solamente a la comunidad trans, sino también a diferentes colectivos marginados sociales como es el caso de los gitanos o refugiados.
Además, la falta de conocimiento, formación lingüística y deontología profesional de las empresas informativas y sus respectiv@s periodistas, ha hecho que la realidad trans, como los transfeminicidios, sea cada vez más invisibilizada y apenas tenga espacio en la televisión.
Carmen García de Merlo, actual presidenta de COGAM, denuncia que “apenas existen observatorios nacionales que recojan y estudien todas las denuncias que se han presentado por LGBTIfobia en España. Únicamente se registra el 20% de las denuncias presentadas. El otro 80% de estos episodios, no se llegan ni a denunciar ni se informa. Hace unos días, una prostituta trans fue asesinada en plena Calle Hortaleza, en el centro de Madrid, por unos hombres y nadie se enteró. Esto es muy común, especialmente en las personas trans. Es cierto que hemos avanzado en estos últimos años pero todavía queda camino por recorrer. Hay muchos prejuicios. Parece que a los medios no les interesa mostrar esta realidad”.
¿Llegaremos a avanzar en este aspecto?
Los tiempos avanzan y, aunque es cierto que la televisión y todo su contenido informativo, concretamente en España, ha ido evolucionando considerablemente. Sin embargo la realidad trans es un aspecto que se sigue estigmatizando.
Diferentes movimientos sociales como la lucha feminista o LGBTI, han ayudado a reconstruir a los propios medios y a sus respectivos profesionales. E incluso han llegado a crearse diferentes espacios especializados para dichos colectivos.
En estos últimos años, la representación trans en la televisión ha ido en auge. Y aunque la representación de los hombres trans todavía sigue siendo casi nula, en series como The Orange is the New Black (Laverne Cox) o en programa de televisión como Todo es Mentira (Elsa Ruiz), presentado por Risto Mejide, a día de hoy, cuentan con una representación simbólica trans.
Es momento de erradicar de raíz los innumerables prejuicios y estereotipos sociales que siguen persistiendo en nuestra sociedad desde hace siglos y olvidarnos de estos prejuicios que día a día siguen fustigando a las minorías sociales. El colectivo LGTBIQ+ tampoco se libran de ellos.