Quizá aún no hayas escuchado hablar del Pantanal, ya sea por estar lejos de nuestras fronteras o porque la selva amazónica le roba su dosis de protagonismo en los medios españoles. Pero lo cierto es que este territorio es tan impresionante o más que la mencionada maravilla del mundo, ya que refugia el mayor número de especies amenazadas en otras zonas del país.
¿Qué es el Pantanal?
Ubicado en el centro-oeste de Brasil, concretamente en los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, el Pantanal goza de la influencia de tres áreas salvajes: la Mata Atlántica, la sabana Cerrado y el Amazonas.
Así como posee una fauna y flora admirable, hay que destacar la rica presencia de las comunidades tradicionales como las indígenas, los quilombolas y la comunidad Amolar, entre otras.
¿Qué ha pasado?
Desgraciadamente este ecosistema, famoso entre otras cosas por ser el hábitat preferido de los jaguares, no está bien cuidado. Desde hace meses amanece ahogado en numerosos focos de incendio.
En 2019 se detectan más de 10 mil focos y sólo en la primera semana de agosto de este año existen 12 mil puntos activos, la mayoría de ellos creados por el ser humano. En la primera quincena de septiembre se identifican casi 20 mil focos. A día de hoy, el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y los Recursos Naturales Renovables (IBAMA) asegura que entre el 10 y el 12% del territorio está convertido en ceniza.
Desde el 25 de julio el ejército está presente en toda la zona para acabar con la viveza de las llamas. Se unen a ellos el Centro de Coordinación de Operaciones, helicópteros de la Marina, el Ejército de Aeronáutica, pero parece que no es suficiente.
Reacciones
Mientras la sociedad brasileña pone el grito en el cielo al ver arder su naturaleza, su presidente siempre se muestra reacio a movilizarse por una cuestión del medio ambiente. Una prueba más la ofreció el pasado 8 de septiembre durante la reunión presidencial cuando se limitó a reírse a carcajadas ante la pregunta de: “¿Está ardiendo el Pantanal?”.
Una coalición formada por más de 200 ONG´s y empresas brasileñas han presentado un conjunto de propuestas para contener los incendios, por ejemplo, el aumento en la fiscalización con una pena rápida por crímenes ambientales.
De acuerdo con la ley brasileña nº 9.605/1998 es crimen provocar incendios en bosques o selvas con pena de dos a cuatro años y multa. A pesar de que la mayoría sean provocados con la intención de crear zonas de pasto para el ganado, hay otros que son el uso indebido del fuego que está prohibido.
Además, las presiones para preservar el medio ambiente también llegan por parte de Europa. Un grupo de ocho países de Europa, entre los que no se encuentra España, pero sí Alemania, Italia, Francia, Dinamarca, Holanda, Noruega, Reino Unido y Bélgica ha mandado una carta al vicepresidente brasileño, Hamilton Mourão, donde alertan que la deforestación podría influir en la pérdida de inversores y caída de las exportaciones. Afirman que a las empresas les es más difícil atender a sus criterios ambientales y sociales, piden acciones.