Polonia es uno de los lugares del mundo con más historia reciente. La Segunda Guerra Mundial asoló un país con más de 1000 años de cultura, y lo devastó para dejar poco más que los escombros de lo que antes fue la República Polaca. Sin embargo, una de las ciudades que no fue derruida por las tropas de la Alemania nazi fue Cracovia, siendo una de las más antiguas, grandes e importantes de la historia de Polonia.
La ciudad de Cracovia (Krakòw en polaco original) fue y continúa siendo uno de los centros económicos y culturales más importantes de Polonia. Sus siglos de historia sitúan al área metropolitana como un punto turístico vital, y su centro histórico fue proclamado Patrimonio de la Humanidad en 1978. Este y otros diversos factores que comentaremos a continuación sitúan a Cracovia como una visita obligatoria.
En primer lugar comenzaremos por el famoso centro histórico mencionado anteriormente. Está dividido en tres zonas de interés: la ciudad medieval de Cracovia, la colina de Wawel y el núcleo medieval de Kazimierz. De estos tres el punto turístico más reseñable es la ciudad medieval de Cracovia, donde podemos encontrar la famosa plaza del mercado. Es la plaza medieval más grande de Europa, y hoy en día se sigue llenando de diferentes puestos y mercadillos que venden desde comida y artesanía tradicionales hasta los souvernirs más típicos del siglo XXI. Coronando esta plaza se encuentra la Basílica de Santa María, una destacada iglesia de estilo gótico que llama la atención por su fachada, donde dos torres de diferente altura guardan varias de las leyendas populares más famosas de la ciudad.
Si buscamos historia reciente, sugerimos una visita al barrio judío. Desde Actualidad Joven recomendamos visitar esta zona con un guía (existen numerosos free tours en diferentes idiomas), puesto que existen muchos puntos de interés que podrían pasarnos inadvertidos a simple vista. Es importante remarcar que esta visita está muy condicionada por la Segunda Guerra Mundial, y que se pueden visitar numerosos sitios que son reconocidos gracias a la filmografía popular. El tour termina en la fábrica de Oskar Schindler, popularizado por la famosa película “La lista de Schindler”. Se pueden ver varios sitios donde Spielberg rodó escenas de la cinta y hoy en día la fábrica actúa en calidad de museo. No hace falta decir que es una visita casi obligada.
La oferta cultural en materia de arte también es algo a destacar. Varios museos cuentan con obras de Rembrandt o Leonardo Da Vinci. Las entradas son muy asequibles, especialmente si se cuenta con carnet universitario. Además, Cracovia también tiene hueco para compras y plantea ofertas turísticas más actuales. Varios centros comerciales ofrecen artículos de todas las marcas y las propuestas de ocio deportivo cumplen sobradamente. Tuvimos la ocasión de presenciar un partido del Wisla Krakow cerca de la grada de animación y fue una experiencia fantástica.
Y si tenéis tiempo y ganas para realizar visitas a lugares cercanos a Cracovia, también contamos con una pequeña selección de puntos de interés. Las minas de sal de Wielickza fueron el centro de la economía polaca durante el medievo, y la razón del esplendor económico de Cracovia. La excursión nos sumergirá a varios cientos de metros bajo tierra, donde podremos recorrer hasta 3,5 kilómetros de galerías excavadas en la propia sal.
Otra oferta interesante es la visita a Zakopane, un lago situado entre montañas por el que se puede caminar en invierno. Solo podremos acceder a pie, por lo que recomendamos prendas de abrigo en invierno para la larga caminata y una cámara para fotografiar los paisajes que nos ofrece esta región.
Por último, y con mención aparte, se puede acudir al campo de concentración de Auschwitz, un lugar que no necesita presentación. No se trata de una visita turística agradable, pero sí que la consideramos necesaria y prácticamente obligatoria.
Este repaso ha sido breve, demasiado para hacerle justicia a una ciudad como es Cracovia. Para muchos polacos esta sigue siendo el auténtico corazón de Polonia, la capital “moral” del país. No existe mayor exponente de su cultura. Os animamos a visitarla.