La repetición electoral no parece contentar a nadie. El cruce continuo de acusaciones y reproches no parece dejar espacio a la autocrítica por parte de ninguno de los principales partidos, mientras la brecha entre la ciudadanía y la clase política parece cada vez mayor.
Pero, todo tiene solución, ¿verdad?
Sea como sea, el próximo 10 de noviembre, volvemos a estar llamados a las urnas para decidir cómo se conformará el próximo parlamento y -si no es mucho pedir- para que este elija un Presidente del Gobierno. En medio de tanta incertidumbre, solo hay una cosa clara: esta vez irán a votar menos ciudadanos que el último 28 de abril, aunque la cifra exacta es, por supuesto, una incógnita. Aquí van algunos escenarios posibles, ordenados de mayor a menor probabilidad…
1. Todo sigue igual
A día de hoy, esta es la hipótesis más probable. La media de encuestas apunta a una ligera bajada del bloque progresista, que se repartiría por igual entre PSOE y UP, mientras que Más País no termina despegar. Por otra parte, el bloque conservador se reforzaría, pero no lo suficiente como para sumar por sí solo; el PP sería el principal beneficiado, ya que muchos votantes cambiarían la papeleta naranja por la azul, mientras que Vox mantendría los resultados de abril o incluso los mejoraría. Los (pocos) cambios en la correlación de fuerzas se deberían, antes que al cambio de papeletas, a la abstención; esta perjudicaría a la izquierda y reforzaría a la derecha, como ha venido pasando en las últimas convocatorias electorales.
2. Mayoría de izquierdas
Si hacemos caso al último barómetro del CIS, la izquierda saldría claramente reforzada del 10N, especialmente el PSOE. Junto con UP, sumaría mayoría absoluta cómodamente, sin necesidad de contar con los partidos periféricos ni con Más País. El bloque de derechas perdería entre 5 y 10 escaños en conjunto, aunque dentro del bloque la correlación de fuerzas variaría enormemente: el PP se reforzaría enormemente, recuperando el suelo del 20% o incluso el 22% de los votos, mientras que Ciudadanos y Vox acusarían la lógica del ‘voto útil’.
3. La derecha supera a la izquierda, pero nadie suma mayoría
Una tesis que comienza a repetirse en las últimas semanas es la de que la situación actual se invierta; es decir, que la derecha, reforzada, se sitúe en unos 160-165 escaños, por encima de la suma PSOE-UP-MP, pero no lo suficiente como para gobernar. Como la posibilidad de que los partidos nacionalistas permitan un gobierno de la derecha es extremadamente baja, el bloqueo podría ser aún mayor, ya que ahora partidos como ERC, PNV o EH Bildu tendrían un papel aún más prominente. En el caso de que la subida del PP sea lo suficientemente fuerte para superar al PSOE, no sería extraño que este volviera a gobernar en solitario con el apoyo de C’s y la abstención del PSOE.
4. Vuelta del bipartidismo
Esta situación prolongada de inestabilidad (que podríamos decir que viene desde 2015) podría conducir a una búsqueda, por parte de los votantes, de certezas a costa de preferencias. Puede darse el caso de que, tanto PSOE como PP, salgan muy reforzados de esta convocatoria electoral, con los partidos ‘nuevos’ de regreso a los niveles que tenían en 2011 fuerzas como IU o UPyD. En esa situación, entre PP y PSOE podrían sumar hasta 280-300 escaños, haciendo inviable cualquier coalición y regresando a los escenarios típicos del bipartidismo, en los que, aunque ninguno tuviera mayoría absoluta, se daba por supuesto el gobierno del más votado, ante la imposibilidad de otro tipo de acuerdos.
5. Mayoría de derechas
Aunque, a día de hoy, ninguna encuesta apunte a una mayoría absoluta del trío PP-C’s-Vox, el bloque lleva una tendencia ascendente en prácticamente todos los pronósticos desde la convocatoria de las elecciones. Una abstención de la izquierda más alta de lo esperado, sumado a una movilización aún mayor de la derecha, podría provocar este vuelco electoral al estilo de lo que sucedió hace casi un año en Andalucía.
Dentro de la coalición ganadora, tanto Vox como Ciudadanos caerían en favor del PP, aunque no tanto como pronostican las encuestas Mientras tanto, en el bloque PSOE-UP-MP veríamos una caída significativa en los dos primeros y una entrada tibia del tercero. Entre los tres no podrían sumar más de 150 escaños, ya que los partidos nacionalistas se reparten, al menos, entre 25 y 30 asientos. Como vemos, esta hipótesis es muy poco probable, pero no imposible, a la vista de la abstención esperada (el voto por correo ha caído cerca de un 30%).