Durante estos últimos meses, la crisis sanitaria provocada por la pandemia de la covid-19, ha repercutido considerablemente, no solamente en los intereses gubernamentales y públicos, sino también mediáticos y de altas esferas empresariales.
Sin embargo, otros intereses comunes como la crisis climática y la protección del medio ambiente, a partir de lo sucedido, ha pasado a segundos planos provocando la invisibilización y el desamparo por parte de las entidades políticas para seguir evitando la destrucción de nuestro planeta.
La constante lucha ecologista, sobre todo contra el consumo excesivo y poco reciclable de los plásticos ha provocado que, a día de hoy, este tema no sea de suma importancia como antes. Además, según han apuntado las empresas del plástico, tanto nacionales como internacionales, venden este material como «el mejor instrumento de precaución y protección contra este virus, sobre todo en los alimentos y el utensilios sanitarios».
Unas declaraciones que, según diferentes organizaciones ecologistas como Greenpeace o WWF, denuncian que estos mensajes se reducen a un claro lavado de imagen contra las críticas y controversias del uso innecesario del plástico, el cual atenta contra nuestro medio ambiente y la protección de nuestros océanos y su fauna.
Como todo 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, una de las medidas que se defiende es el uso moderado y responsable del plástico y su posible reutilización para evitar repetir las innumerables toneladas de este desecho no renovable en la Tierra.
Como contrarrespuesta, el Gobierno español ha aprobado una ley para limitar, no solamente el uso de plástico en estos próximos meses, sino también para prohibir los envases y otros materiales plásticos no reciclables como las pajitas o los vasos de un solo uso. Además, también apuesta por un impuesto a este tipo de empresas y sus productos contaminantes con el fin de acabar con el excesivo consumo de este material para cumplir el plan «antiplástico» de 2021.
Y es que no podemos olvidar que durante este confinamiento, los niveles de contaminación y las emisiones del CO2 han descendido de manera histórica en nuestras ciudades. Un respiro para el medio ambiente que según defienden diferentes activistas ecologistas como Greta Thunberg, se necesita crear un punto de inflexión ante lo sucedido y crear mayores y eficaces medidas internacionales para luchar por la protección de nuestro ecosistema.