Desde que se ha producido el incendio y la desgracia medioambiental del vertedero de Zaldibar de Bizkaia, se están desmantelando los más de 1.500 vertederos ilegales que hay en España y que no cumplen los requerimientos de la unión europea. Ahora nos encontramos ante un aire contaminado en Zaldibar y en las comunidades próximas, donde más de 50.000 vecinos no pueden abrir las ventanas por las toxinas.
Hace dos semanas que comenzó la crisis del vertedero de Zaldibar y a 20 de febrero, todavía no se han localizado los dos cuerpos desaparecidos, de los trabajadores, por el derrumbamiento. Las toneladas de residuos se vertieron en la carretera que une Bilbao con San Sebastián, la AP-8. Las preocupaciones de los vecinos de la zona aumentan constantemente, pues el aire que se mantiene tras el incendio se compone de dioxinas y furanos, dos toxinas propias del amianto. Esta crisis, como todas las medioambientales, se ha convertido en un problema político.
Más de 1.500 vertederos ilegales en España
Debido a la crisis del vertedero de Zaldibar, se han ido desmantelando varios vertederos ilegales distribuidos por las Comunidades Autónomas de España. En 2018 la Unión Europea comenzó a llamar la atención a nuestro país por las irresponsabilidades ante dicha situación. Todavía no se ha tomado ninguna medida al respecto para el control de dichos vertederos, reubicación de los residuos o cualquier medida preventiva que se aleje del desastre que acaba de darse en Zaldibar.
“El cinturón” de residuos de Madrid
Toneladas de residuos que se transforman en montañas en varios lugares de la capital. Los sanitarios no dejan de insistir y de mencionar los riesgos para la salud que proceden de estas montañas sin control.
Los vertederos ilegales de Madrid, dan la vuelta a la capital, por ello recibe el nombre de “cinturón”. Muy cerca de Valdemingómez, en La Gavia, los residuos biosanitarios e industriales se amontonan y se queman para intentar no dejar rastro de ellos, sin pensar en el reguero de toxinas en el aire.
En el Parque Lineal del Manzanares y en el Sureste (Getafe) los coches, latas de aceite y neumáticos calcinados esperan a que recojan sus cenizas.