Hoy, 20 de junio, se celebra el Día Mundial de los Refugiados. En esta fecha se defiende a todas esas personas que llegan a jugarse la vida para poder escapar de sus países de origen con el fin de mejorar su futuro. También, se defiende la solidaridad y la empatía humana con los refugiad@s.
Según datos ofrecidos por ACNUR, más de 70 millones de personas registradas en todo el mundo, tuvieron que huir de sus hogares en 2018. Además, dentro de esa cifra, 25,9 millones de refugiad@s apenas alcanzan los 18 años. Muchas son las organizaciones internacionales y ONGs que presionan a todos los gobiernos mundiales para colaborar y defender los derechos de estas personas.
Países como Venezuela, Honduras o Palestina, encabezan las listas de países con mayor número de personas emigrantes. Desde crisis económicas hasta situaciones comunes, son los motivos que impulsan a estas personas a huir de su país y buscar apoyo internacional. ACNUR añade que, aunque la mayoría de estas personas necesitan protección internacional como refugiad@, hoy en día apenas medio millón ha llegado a solicitar asilo.
Además, el número de personas que llegan a perder la vida intentando cruzar las fronteras, ha aumenta considerablemente en estos últimos años. Esto se debe generalmente a la pasividad de los países internacionales y a la influencia conservadora y ultraderechista presente en todo el mundo.
La realidad es totalmente diferente
Organizaciones como Amnistía Internacional o CEAR, defienden que el regreso a sus hogares de manera voluntaria y en condiciones dignas y seguras o la integración en la comunidad de acogida, son las mejores soluciones ante dicha situación.
No obstante, la realidad es distinta: solo 92.400 refugiad@s fueron reasentados en 2018, es decir, menos del 7% del total de personas a la espera de su reasentamiento. Estos datos reafirman la necesidad de crear conciencia y solidaridad en nuestras sociedades y avanzar en políticas eficientes ante esta problemática. No debemos de olvidar que un posible día, esas personas refugiadas que vemos en la televisión, podemos ser nosotr@s. Luchemos por una sociedad inclusiva y sobre todo, humana.