Todos creemos conocer lo que significa el término violencia de género y todo lo que eso acarrea, pero, lo cierto es que en nuestro país le hemos dado un significado diferente.
Mientras que el Convenio de Estambul (el tratado europeo más completo sobre la lucha contra la violencia de las mujeres) establece que se debe entender como violencia de género “toda violencia contra una mujer por el hecho de ser mujer, o que afecte a las mujeres de manera desproporcionada”, en España la ley entiende como violencia de género a aquella violencia ejercida contra mujeres por parejas o exparejas.
Según afirma la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género en el artículo 1 del título preliminar, la legislación española, y por consiguiente gran parte de la sociedad española, asume que la violencia de género es aquella “violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”.
Visibilidad de la violencia de género en España
España ha ido concienciándose progresivamente sobre la necesidad de actuar legal y socialmente contra la violencia de género, acción que unos años antes parecía inaudita. El caso de Ana Orantes Ruiz, mujer asesinada por su marido que 13 días antes había denunciado esa violencia en televisión en 1997, marcó un antes y un después.
El país comenzó a concienciarse de la necesidad de modificar la legislación en ese momento vigente. El Gobierno del Partido Popular aprobó un Plan de Acción Contra la Violencia Doméstica en 1998 y años después, en 2003, se comenzó a contabilizar las víctimas por violencia de género.
Actualmente, aunque se han aprobado algunos Reales Decretos, como el que se aprobó en 2006 que regulaba las funciones, el régimen de funcionamiento y la composición del Observatorio Estatal de Violencia sobre mujer, la normativa estatal sobre la violencia de género es la Ley Orgánica que 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, aprobada por unanimidad con el Gobierno de Rodríguez Zapatero.
2003: Fecha clave en España que sentó precedentes
El año 2003 fue clave en nuestro país en materia de violencia de género. Se empezó a contar las muertes de mujeres a manos de sus parejas o exparejas y empezó a visibilizarse, con más rigor, el número de asesinatos que se producían cada año y en qué lugar.
Esas estadísticas fueron cobrando fuerza según pasaban los años y diferentes asociaciones, partidos políticos y medios se hacían eco de ellas. Servían (y aún lo hacen) para saber dónde es necesario poner el foco y ayudan a no olvidar a estas mujeres, que ya son más de 1.050.
Casi 400 de estas víctimas residían en Andalucía o Cataluña, lugares donde ha habido el mayor número de asesinatos por violencia de género desde 2003. En concreto y contabilizando hasta el 4 de abril de 2020, han sido asesinadas 209 mujeres en Andalucía y 164 en Cataluña.
En la Comunidad Valenciana y en Madrid las cifras también son muy altas: 134 asesinatos en la primera y 109 en la capital.
No obstante, es muy importante contextualizar las cifras totales con el censo total de mujeres que existe en cada comunidad autónoma para poder obtener una visión más global sobre la violencia de género en nuestro país. Con ello se podrá dilucidar cuáles son los puntos negros sobre la violencia de género en nuestro país.
Los puntos negros en España
Si analizamos el número de asesinatos por violencia machista en base a la población de mujeres de cada comunidad autónoma desde 2003, Melilla, las Islas Canarias y las Islas Baleares son las zonas con las tasas más altas de víctimas por violencia de género.
Por ejemplo, mientras que en Melilla desde 2003 han asesinado a 5 mujeres (lo que puede parecer un número bajo en comparación con Andalucía), si se compara la densidad de población, Melilla se convierte en uno de los puntos más negros.
Lo mismo ocurre en Canarias y Baleares, las siguientes en la lista, que copan el segundo puesto mientras que en la suma de asesinatos totales no aparecen entre los cinco primeros.
En el extremo opuesto se puede comprobar como, por ejemplo, en Madrid, comunidad autónoma que en los últimos 17 años ha perdido a 109 mujeres por asesinatos por violencia de género, la tasa de asesinatos por la densidad de población es una de las más bajas con 0,019%.
La comunidad autónoma con la menor tasa es Extremadura,donde desde 2003 han sido asesinadas 12 mujeres, lo que supone una tasa del 0,012%.
Evolución del número de asesinatos desde 2003
Por otro lado, se puede tender a pensar que, con los años y el peso que ha ganado la concienciación sobre la violencia de género, esta lacra se ha ido reduciendo, pero no es así. La violencia de género no entiende de idiomas, de clases sociales ni de rentas. Tampoco de años.
No se puede establecer con claridad que, en los últimos años, los asesinatos hayan descendido en cada comunidad autónoma, pero sí que se puede establecer una tendencia a la baja generalizada. Ninguna comunidad autónoma ha seguido un descenso claro. De hecho, en comunidades autónomas como Canarias, Baleares y en la Ciudad de Melilla, se pueden observar ciertos repuntes que no siguen ninguna tendencia.
Por otro lado, el análisis del total de los datos desde 2003 hasta la actualidad sí que permite comprobar una cierta tendencia a la baja, ya que, por ejemplo, en 2008 un total de 76 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, mientras que en 2018 fueron asesinadas 51.
En general con los años ha ido disminuyendo poco a poco el número de asesinatos, aunque se pueden observar repuntes en algunos años como en 2015 o 2019.
Esto permite confirmar que, aunque la violencia de género está disminuyendo, aún estamos muy lejos de conseguir erradicarla y continúa siendo uno de los grandes problemas de la sociedad actual.
¿Cómo solucionar esta problemática?
«¿Cómo enfrentarse a la violencia de género para erradicarla?». Esta es una de las grandes preguntas de la sociedad actual.
El Consejo de Ministros dio el pasado marzo luz verde al anteproyecto de Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, donde se plantea una reforma en el Código Penal para, entre otros aspectos, eliminar la diferencia entre abuso y agresión sexual. En ella, también se establecen penas más duras para cualquier agresión.
Pero la vía penal puede no ser suficiente para acabar con los asesinatos por violencia de género. Es necesario que se eduque, se conciencie y se visibilicen estos asesinatos para que, desde niños, se eduque en materia de género y se consiga, de una vez por todas, eliminar esta lacra de nuestra sociedad.