La nueva serie, basada en el bestseller homónimo de Sarah Vaughan, Anatomía de un Escándalo; se posiciona como una de las más vistas en España y en otros territorios, adelantando, incluso, a la segunda temporada de Los Bridgerton. Teniendo un juicio por violación como epicentro en torno al que gira la trama, esta serie pone de manifiesto los trapos sucios de la clase alta, los privilegios legales y sociales que poseen los hombres de esta esfera social y, por último, el estilo de una mujer adulta que ante cualquier adversidad continúa redefiniendo el armario de las mujeres de su edad.
¿Cómo se desarrolla «Anatomía de un Escándalo»?
Un ministro británico, James Whitehouse (interpretado por el actor Rupert Friend), es acusado de violación por su examante Olivia Lytton (Naomi Scott). La trama comienza cuando se descubre la aventura entre ambos personajes, teniendo en cuenta que Lytton trabaja para Whitehouse. Se trata, por tanto, de un escándalo público sin mucha importancia, excepto para Sophie Whitehouse (Sienna Miller), esposa del ministro.
No obstante, el asunto cobra seriedad en el momento en el que Olivia Lytton lo denuncia por violación. Aquí comienza el debate él dijo, ella dijo, es decir, no hay evidencias suficientes para demostrar si fue consensuado o no (teniendo en cuenta que habían tenido un romance de cinco meses anterior a la presunta violación) y el veredicto del jurado popular se basaría en los testimonios de ambos implicados.
Es aquí cuando se demuestra quién posee más credibilidad, si el hombre blanco de clase alta que afirma que fue un acto consensuado y que las lesiones son causadas por «la pasión» o la mujer que trabaja para él que jura que dijo que no quería, pero todos consideran que lo estaba deseando y que usa la denuncia como forma de mostrar su despecho tras haber finalizado la aventura entre ambos.
¿Qué ocurre con el vestuario?
El peso del vestuario recae, principalmente, en Sienna Miller (interpretando a la señora Whitehouse), la cual encarna a una mujer de mediana edad y madre de dos hijos. No obstante, a diferencia de lo que ocurre en muchos casos, esta mujer continúa vistiendo y, lo que es más importante, viste a la moda. Con ello demuestra que la moda puede ser llevada por una mujer sin importar la edad.
Un armario basado en los tonos neutros, pero sobre todo en las gabardinas y los abrigos de corte masculino, los cuales demuestran una plena confianza en sí misma. Estos son los principales protagonistas de su vestuario que, además, muestran la influencia británica (evidentemente). Su estilo se basa en la sencillez, tanto en las prendas, que apenas tienen estampados, como en las sencillas joyas que utiliza, así como la paleta cromática de su armario: naranja, gris, beige, camel, azul petróleo y hasta morado.
Todo ello da fuerza a un personaje que, en un principio, sigue apoya ciegamente a su marido en una fase de negación de la realidad para, finalmente, demostrar la independencia femenina y la negativa a la subordinación al hombre.
Fuentes: Netflix, Vogue