La Semana de la Moda de Londres funciona siempre como un escaparate de los jóvenes diseñadores emergentes. Esta edición, celebrada del 18 al 22 de febrero, ha servido una vez más para demostrar que dichos diseñadores tienen la intención de arrasar en la industria mediante sus propuestas alternativas y deconstruidas.
Algunas firmas reconocidas han estado presentes, como Richard Quinn, Simone Rocha o Vivienne Westwood. Mientras que, por el contrario, la ausencia de Alexander McQueen, Burberry o Victoria Beckham, se ha hecho latente. La primera anunció que lanzaría la colección el 11 de marzo, a pesar de que ello supusiese hacerlo fuera del calendario de la moda.
¿Quién organiza la Semana de la Moda de Londres?
Este evento está gestionado por el British Fashion Council (BFC), una organización sin ánimo de lucro que busca apoyar la moda británica en la economía global. Entre las misiones del BFC destaca la apuesta por los diseñadores y firmas emergentes, como los recién graduados de la prestigiosa escuela británica de diseño Central Saint Martins (CSM).
Ello provoca que la presencia de este tipo de diseñadores y sus propuestas novedosas sea muy alta. Por lo que la Semana de la Moda de Londres podría considerarse como una especie de cóctel de propuestas alternativas que rompen con la elegancia y la seriedad de aquellas celebradas en ciudades como París o Milán.
¿Qué propuestas han sido las más llamativas?
Esta edición de la Semana de la Moda de Londres ha contado, de nuevo, con la presencia de diseñadoras veteranas como la irlandesa Simone Rocha (Dublín, 1986), cuya propuesta ha sido una oda a la leyenda irlandesa de los Hijos de Lir. Dicha fábula consiste en cómo las cuatro hijas e hijos de un rey irlandés fueron convertidos en cisnes por su madrastra fruto de sus celos. Este hechizo dura 900 años y, al volver a su forma original, mueren.
La diseñadora quiso implantar la narrativa de esta leyenda en su colección mediante la incorporación de plumas y formas de alas incorporadas a los volantes de las prendas. Sin embargo, también quiso incluir algún que otro giro radical e innovador mediante los pasamontañas de punto o vestidos cortados con un panel transparente de permitían vislumbrar el torso de las modelos.
Por su parte, Richard Quinn (Londres, 1990) volvió a mostrar su inspiración en la clásica alta costura de estampados florales mezclada con ciertos fetiches como el látex y el bondage al más puro estilo club kids. Además, el desfile contó con la famosa drag queen Violet Chachki enfundada en un mono de látex paseando a un hombre perro para alimentar aún más la fantasía Quinn.
¿Y las marcas emergentes?
No obstante, tal y como suele ocurrir en la Semana de la Moda de Londres, han sido los jóvenes diseñadores los encargados de hacer aún más sonante este evento. Algunos ejemplos de ello son los diseñadores Harris Reed, con la ruptura del género en sus diseños al más puro estilo alta costura; Chet Lo mediante una colección inspirada en los glaciares y en los mamuts y con el objetivo de hacer prendas que mezclen púas, colores vistosos y diversos tejidos para hacer ropa que fuese llevada en «raves en el glaciar«; o, en último lugar, los propios alumnos de CSM.
En las propuestas de dichos alumnos encontramos, en rasgos generales, una completa ruptura del género y del físico normativo. La moda podría considerarse deconstruida, pero en algunos casos se trata de propuestas campy en las que la creatividad parece no tener límites para ellos.
Fuentes: Vogue Runway, Vanitatis