Simone Biles, una de las mejores gimnastas de toda la historia, anuncio el martes su retirada de la final por equipos de la Olimpiadas de Tokio tras completar el primer ejercicio, el potro.
Primero la federación estadounidense afirmó en un comunicado que se debía a un «problema médico» pero Biles explicó después que se retiraba para centrarse en su salud mental.
«He antepuesto la salud mental a todo lo demás porque si no, no disfrutas del deporte y no vas a triunfar tanto. Está bien a veces parar, incluso en grandes competiciones, para centrarte en ti misma porque refleja la persona y competidora fuerte que realmente eres«, declaró ante los medios.
@actualidadjoven La salud mental a debate 🧠🤸🏾♀ ##simonebiles ##gymnastics ##olympics ##mentalhealth ##care ##decision @therealsimonebiles
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Por otro lado, este miércoles hemos sabido que Biles tampoco estará en la final completa individual: «Tras una evaluación médica adicional, Simone Biles se ha retirado de la final completa individual de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 para centrarse en su salud mental», ha explicado en un comunicado la federación de gimnasia de Estados Unidos.
Esta noticia vuelve a abrir el debate sobre la importancia de la salud mental en el deporte de élite, que muchas veces se trata de tapar y presentar a los y las deportistas como invencibles.
De hecho, esta valiente retirada se une a la que la tenista japonesa Naomi Osaka, en ese momento número dos del mundo protagonizó al marchase de Roland Garros por la ansiedad que le provocaba la atención desmedida y la obligación de atender a decenas de preguntas de la prensa.