Beatriz Gimeno, directora del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, ha presentado este jueves el estudio “Estereotipos, roles y relaciones de género en series de televisión de producción nacional”. En él se han analizado las 18 series de producción y coproducción nacional más vistas en 2018 y 2019, y ha sido realizado por un equipo del departamento de sociología de la UCM formado por Fátima Arranz, investigadora principal, Virginia Fernández y Juan Carlos Ballesteros.
El estudio consta de dos partes, la primera sobre la participación de hombres y mujeres en los distintos grupos y categorías profesionales en la producción de series, y la segunda sobre la representación de mujeres y varones en las tramas y sus relaciones, con especial atención de aquellas que muestran situaciones de violencia de género.
Las series se han seleccionado en función de la franja horaria de emisión: prime time, programación juvenil y sobremesa. Los títulos son: Cuéntame, La caza de Monteperdido, Allí abajo, La catedral del mar, Presunto culpable, La verdad, Vivir sin permiso, La que se avecina, La casa de papel, Las chicas del cable, Paquita Salas, Gigantes, Hierro, Vida perfecta, Élite, Skam, Acacias 38 y Amar es para siempre, y han sido emitidas en TVE, Antena 3, Telecinco y las plataformas Netflix y Movistar+.
Principales resultados sobre la estructura ocupacional por género
Se han clasificado siete grupos profesionales: dirección, guion-creadores, producción, grupo ejecutor (desarrolladores de guion, ayudantes de dirección y de producción), grupo artístico (creación musical, fotografía, montaje, dirección de arte, casting), grupo especialista (peluquería, maquillaje, vestuario, decorado) y grupo técnico (imagen, eléctricos/as, efectos especiales y visuales, sonido y montaje de sonido).
El primer dato destacado es que solo una de las dieciocho series tiene una autoría puramente femenina (5,5 %); el 16 % son de autoría mixta, con hombres y mujeres, y el 78 % restante han sido dirigidas por varones.
Se constata igualmente que es un sector masculinizado, en el que de cada tres puestos de trabajo dos son ocupados por hombres (66,9 %). Estos son mayoría en todos los grupos profesionales excepto en el de Especialistas, en el que las mujeres representan el 61 %; la mayor diferencia se da en el Grupo Directivo, en el que ellas solo representan el 8,3 %, seguido del G. Técnico (12,6 %) y el G. Artístico (26,3 %).
Principales resultados sobre la representación de mujeres y hombres
El estudio muestra que los roles masculinos y femeninos de las series han cambiado en su forma y su estética, pero no en su base, que siguen siendo patriarcales.
Para el análisis, se han tenido en cuenta los siguientes parámetros: las características de los protagonistas, sus iniciativas, las relaciones entre los personajes femeninos (amistad, amor, cuidados), las relaciones familiares, las de pareja, las relaciones sexuales, la cosificación sexual de las mujeres, el machismo, la violencia de varones hacia otros varones, la violencia femenina y la violencia y agresiones contra las mujeres.
En cuanto a los roles femeninos, el preferido por los creadores es del de “femme fatal”; otros de los más representados son el de “chica buena”, o mujer que acata las normas e imperativos sociales sin esfuerzo, el de la “mujer sumisa”, y la “mujer hipersexualizada”. También se representa a una “mujer moderna” que no elimina estereotipos, sino que reproduce los roles y deseos del “hombre moderno”. Por otro lado, la representación de la madre continúa la línea de la última década, repitiendo los dos estereotipos principales de madre: castradora o sufridora. El informe también constata que las mujeres aparecen preferentemente representadas en situaciones orientadas a dar amor y cuidados a los hombres o a la familia.
Por lo que respecta a los principales roles masculinos, las series analizadas muestran que, en su relación con las mujeres, no han cambiado de forma significativa en la última década. Continúan reproduciéndose los roles de “hombres trabajadores”; de “chico bueno”, con gran sentido de la ética y de la justicia; el “héroe o líder”, y el “chico rebelde o malo” frente al “caballero/príncipe”.
Otros datos sobre la representación de mujeres y hombres y sus relaciones:
- El 45,4 % de las series apuestan por un protagonismo mixto, llegando al 68,8 % en el rango juvenil. El protagonismo femenino prima en las series de sobremesa o juveniles, mientras que en prime time se reduce al 25,4 % frente al 31,9 % del masculino.
- El 82,2 % de los personajes femeninos responden al estereotipo de “feminidad”, caracterizado por su pasividad, ser figura florero o soporte emocional o por limitar su actividad al cuidado de otros.
- Solo el 14 % de mujeres son representadas en el ámbito laboral.
- En cuanto a las relaciones entre mujeres, el 71’5 % son representadas de forma positiva (complicidad, cariño y ayuda), 11’5 puntos más que en el caso de los hombres (60 %), y el 28,5 % negativa (conflictividad, enemistad o rivalidad), 11’5 puntos menos que para los hombres (40 %).
- Sobre las relaciones de pareja, conflicto y armonía se reflejan de manera equilibrada (54,7 % frente a 45,3 %, respectivamente), aunque en la franja de sobremesa se exaltan más el amor y los cuidados.
- Las relaciones sexuales están presentes en el 8 % de las secuencias analizadas, y de ellas el 14’8 % son homosexuales, con una sobrerrepresentación de la homosexualidad femenina.
- En el 6,3 % de las secuencias se produce una cosificación explícita de las mujeres, porcentaje que se reduce hasta el 3,2 % en las series de sobremesa.
La violencia masculina y la violencia contra las mujeres
El informe revela que la violencia masculina se sigue representando frecuentemente como un rasgo de la identidad masculina, y aparece en el 58,4 % de las secuencias, tanto de varones contra varones como contra las mujeres. Esta última está presente en el 34,6 %, incluyendo violencia física, psicológica y simbólica (cosificación, y palabras, actitudes y acciones machistas). Igualmente, el informe concluye que todos los estereotipos y roles detectados mantienen el orden de subordinación de las mujeres.